El primer encuentro público entre Pere Aragonès y Pedro Sánchez después de que se ha confirmado que el CNI ha espiado al president de la Generalitat se ha producido delante de una nube de fotógrafos a las puertas del hotel W de Barcelona. Ha sido un intercambio de impresiones que ha durado escasos minutos pero que Aragonès ha aprovechado, según fuentes de la Generalitat, para advertir a Sánchez sobre la necesidad de celebrar una reunión de manera urgente.

"La situación es muy grave. Hace falta un encuentro urgente", habría advertido al president al político español mientras esperaban a la puerta del hotel, donde se celebran las jornadas del Círculo de Economía, la llegada de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, a quien hoy se ha entregado el premio de esta entidad a la construcción europea. Desde Moncloa se asegura que Sánchez ha aprovechado estos momentos para reclamar a Aragonès que "hay que resolver la situación". además de  emplazar al president a "pensar en los catalanes". Los dos habrían acordado concertar un encuentro. En la intervención posterior ante el Cercle, Sánchez no ha hecho ninguna referencia al CatalanGate.

 

Aragonès, acompañado de los ministros de Cultura, Miquel Iceta, e Infraestructuras, Raquel Sánchez, y del presidente del Círculo, Javier Faus, ha recibido a Sánchez cuando descendía de su vehículo, con todos los focos pendientes del saludo que intercambiaban justo al día siguiente que la directora del CNI explicara a la comisión de secretos oficiales que habían espiado a Aragonès con autorización judicial. El president, que ha expresado públicamente la irritación del ejecutivo y ha reclamando la asunción de responsabilidades por este caso, ha recibido al presidente español sin disimular la frialdad y con ademán serio.

Después de este primer saludo, que ha durado unos breves instantes, Sánchez ha saludado al resto de autoridades y se situado en su sitio al frente de la comitiva, justo al lado de Aragonès, con lo cual han tenido oportunidad de intercambiar impresiones mientras esperaban la llegada de Von der Leyen. Siempre ante los medios pendientes de las caras y la gesticulación. Han sido poco más de dos minutos de conversación, siempre con expresión seria, y mientras en presidente del Cercle intentaba mantener la distancia, casi imposible, en la fila de autoridades. Sin embargo, no ha trascendido de momento nada más del contenido de la conversación.

Una vez ha llegado Von der Leyen toda la comitiva ha entrado en el hotel y se ha dirigido a la terraza donde han seguido conversando, en este caso con la presidenta de la Comisión, hasta que ha llegado el momento de intervenir en el acto. La anécdota ha sido que en medio de la melé de seguridad, el presidente español incluso ha quedado bloqueado unos instantes dentro de las puertas giratorias del hotel. Al final, además, todo ha sido una puesta en escena porque Sànchez y Von der Leyen hacía rato que estaban en el hotel aprovechando para celebrar un encuentro antes de la reunión. Sus vehículos al llegar habían accedido a una de las entradas del hotel por una rampa lateral y, para hacer el recibimiento protocolario, han bajado por la misma rampa. De hecho, el último en llegar había sido el president de la Generalitat.