Los resultados electorales empiezan a disparar todas las alarmas en la sede de Convergència. El lunes fue el mismo Artur Mas quien dio un toque de atención a la cúpula del partido en el comité ejecutivo convocado para analizar el mapa salido del 20D.

Convergència recogió el domingo los peores resultados de su historia en unas elecciones generales desde el inicio de la transición. Y eso, después de que hace cuatro años, dentro de la coalición CiU, había conseguido el codiciado sorpasso al PSC en la carrera al Congreso.

No es el primer revés serio que reciben los convergentes. Las elecciones europeas de mayo del 2014 fueron un primer y serio toque de atención y continuó con las municipales del mayo pasado cuando perdieron la alcaldía de Barcelona.

Toque de alerta

El lunes, sin embargo, se impuso un análisis serio. “Se ha tocado hueso”, explica a El Nacional uno de los dirigentes presentes en el encuentro.

Si CiU registró hace cuatro años 1.015.691 votos, el domingo Democràcia i Llibertat, la coalición encabezada por CDC, obtuvo 565.501 votos. Pasó de 16 a ocho diputados. Pero encima de la mesa de la ejecutiva convergente se plantearon datos muy concretos.

Area metropolitana

La constatación de que el área metropolitana se está convirtiendo en un problema para Convergència, con una caída en picado en municipios como Badalona donde los votos se han reducido a una tercera parte en relación a los de hace cuatro años y en algunos barrios son casi residuales, centró parte del análisis.

Una preocupación que se extiende a Barcelona. Con el caso paradigmático del Eixample que ha pasado a manos de En Comú Podem después de que hace cuatro años CiU se impusiera con comodidad.

El temblor electoral se ha extendido por la segunda corona metropolitana y, más allá, a poblaciones como Manresa, Vic e Igualada que se han resentido muy seriamente.

Recortes y acusaciones de corrupción, encarnados en el caso Pujol, se han convertido en un cóctel explosivo para los convergentes y la cúpula del partido. Mas, según las fuentes consultadas, admitió que la capacidad para resistir de Girona y Lleida, donde DiL se ha mantenido como primera fuerza, han permitido esta vez salvar la situación, pero hizo un llamamiento a la necesidad de que el partido se mire en el espejo y decida qué puede hacer.

Evolución del procés

No sólo eso. También el debate independentista está pasando factura, a su parecer. Según alguno de los asistentes, el líder convergente llegó a admitir que la mayor parte de la sociedad catalana no ha pasado de la fase del derecho a decidir mientras que Convergència se subía sin ambages encima de la ola independentista.

La reflexión estuvo también presente en la reunión de Govern del lunes. En este caso, sin embargo, con el añadido de la última propuesta de acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP y la voluntad expresada por el mismo Mas que se ha llegado al máximo de cesiones posibles especialmente por lo que afecta a la figura del president de la Generalitat.

Detrás de la voluntad de Mas de dejar claro este límite se situaría, según fuentes del Govern, el contundente mensaje de la vicepresidenta, Neus Munté, en el sentido que el presidente mantiene sus competencias y atribuciones intactas.