En el marco de la Operación Diálogo, el presidente Mariano Rajoy es el poli bueno del Gobierno, que protege a la Generalitat de las presuntas difamaciones del exjuez y exsenador Santiago Vidal sobre poseer datos fiscales de los ciudadanos ilegalmente. Después de que su portavoz Íñigo Méndez de Vigo denunciara por la mañana la hipotética deriva del proceso soberanista ante las cámaras, y de que fuentes de la Moncloa desacreditasen al republicano en privado, Rajoy ha salido del paso por la tarde para afirmar que aceptaba la versión del Govern catalán.

"De ser ciertas, sería de una enorme gravedad, pero me tranquiliza que la Generalitat lo haya negado", así se ha manifestado el mandatario español sobre la polémica en torno al caso Vidal, después de reunirse con el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni en la Moncloa este viernes por la tarde. El presidente se refería a las palabras de la portavoz catalana, Neus Munté, afirmando que era "totalmente falso" lo que decía Vidal. Ahora bien, Rajoy da apoyo a la investigación de los fiscales, considerando que es a la Justicia a quien le corresponde dictaminar que la "barbaridad" expresada no sea "verdad".

Así y todo, el jefe del Gobierno dice desconocer si la Agencia Tributaria española también abrirá una investigación al respecto –aunque es un órgano que depende del ministerio de Hacienda, o sea, de Cristóbal Montoro y de él. La cuestión es que fuentes del ejecutivo afirman que el Consejo de Ministros todavía no se ha planteado de abrir una investigación, pero tampoco descartan que se pueda hacer más adelante. "Conozco la noticia que me ha dado usted, pero de momento no tengo ninguna otra", había cerrado De Vigo por la mañana.

El hecho es que la Moncloa no da credibilidad a todas las palabras de Vidal, pero tampoco pierden la oportunidad de intentar debilitar el proceso de independencia de Catalunya. "Se empieza por no acatar el Tribunal Constitucional y se acaba por invadir los derechos individuales de las personas", ha dicho De Vigo. De de fondo, el Gobierno ve a Vidal como una persona "extravagante", con una trayectoria que no les inspira confianza. Eso viene después de ser inhabilitado tres años de la carrera de juez para elaborar un borrador de Constitución catalana. Por la parte que los compromete, niegan que sea cierto que hasta 11 países europeos estarían dispuestos a reconocer Catalunya como Estado propio, como decía Vidal. "Mire, le aseguro que eso no es verdad", cierran.

A su vez, Rajoy quiere tomar distancia, como ha hecho en el pasado con otros personalidad involucradas en escándalos judiciales –véase el caso de la difunta exsenadora Rita Barberá-. "La decisión de la persona por la que usted se interesa me parece inevitable, afirmar lo que ha afirmado en público es absolutamente preocupante en el siglo XXI", ha dicho el presidente, preguntado por si le parecía suficiente que hubiera dejado el escaño de senador.

Pero Rajoy, más suave que su ministro, también ha lanzado un mensaje al president de la Generalitat, Carles Puigdemont. En su discurso, ha hecho un llamamiento a la "sensatez, el sentido común y el juicio" de los representantes políticos, avisando de que "la exageración y el extremismo" no servirían para desencallar la situación. Lo mismo dijo el martes de esta semana, cuándo advirtió a Puigdemont de las consecuencias de "abrazar la radicalidad".