Mariano Rajoy ha constatado la debilidad de su ejecutivo alcanzando sólo los 175 votos que necesitaba este jueves para hacer caer las enmiendas a la totalidad de los grupos a los presupuestos generales del Estado del 2017, pese a los nervios de último minuto del Partido Popular y los escándalos de corrupción que habían sacudido al partido en las últimas semanas. Ha contado con los votos de su socio de investidura, Ciudadanos, el PNV y Coalición Canaria, tras tres empates a 175, ya que, según el reglamento, hay que repetir la votación tres veces en caso de que no haya una mayoría. Eran los votos de la oposición –PSOE, Unidos Podemos, ERC, PDeCAT, Bildu–. En adelante, las cuentas tendrán que ser sometidas al debate de enmiendas parciales en comisión, cuando Rajoy necesitará al menos un voto más, que estará seguramente en manos de Nueva Canarias.

Pero el gallego, siempre prudente, no ha querido anticipar si este partido de un solo escaño le permitirá amarrar el primer año de legislatura. "Nosotros hablamos con todos. Hay partidos que ni siquiera han querido sentarse –y están en su derecho– pero nosotros intentaremos tener el mayor número de votos. Está el diputado por quien usted se interesa y hay muchos diputados, además que hay diferentes secciones, se puede estar de acuerdo con una, o con otra", ha afirmado conforme salía del hemiciclo. Como defensa ha reivindicado el objetivo de crear ocupación, exponiendo que "las cosas van bien y tienen que ir mejor" en España.

Cs ha hecho lo imposible para justificar el sí a Rajoy, después de los escándalos relativos al caso Canal y el expresidente de la comunidad de Madrid, Ignacio González. El portavoz Francisco de la Torre ha apelado a la estabilidad económica, y las mejoras que su formación habría introducido en el proyecto de ley, que dice se cuantifican en 4.000 millones menos "en recortes" y que se podrían invertir en Sanidad y Educación. Eso es valorado como una mejora respecto del año 2016, unas cuentas que habrían sido "nefastas". Eso sí, ha criticado la cuota vasca, un tema que rompe con la homogeneidad territorial defendida por los de Albert Rivera.

Precisamente, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, ha hecho un alegato orientado a defenderse de las críticas del resto de grupos. Ha querido dejar claro que el acuerdo alcanzado con la Moncloa beneficiaría al conjunto de Euskadi, de manera que no sólo era "de su partido", porque no forma parte del ejecutivo central. "Los que critican los acuerdos lo hacen por su mala situación política", le ha dicho al PSOE, asegurando que las cifras publicadas por los medios de comunicación sobre la cuota habrían generado un impacto erróneo, ya que supondría dinero que el País Vasco habría pagado de más al Estado. Al respecto, ha añadido que el sentido de su voto beneficia a España porque enviaba a Europa un mensaje de estabilidad.

Por su parte, Ana Oramas, de Coalición Canaria, ha apelado a la "importancia" del nacionalismo canario a la hora de sacar adelante la votación. Similar discurso ha hecho Pedro Quevedo, de Nueva Canarias. Si bien, Quevedo ha lanzado el mensaje de la "gloria efímera" a Rajoy, como órdago antes del hipotético acuerdo al que podrían llegar para que los presupuestos sean definitivamente aprobados por las Cortes.