Pablo Iglesias y Mariano Rajoy se han reunido en la Moncloa / EFE

El eventual pacto postelectoral entre PP y Ciutadans ha tenido una primera escenificación antes del 20 de diciembre. Pero ha sido el presidente del partido naranja, que ni siquiera es todavía la oposición quien, vestido para una cumbre de alto nivel, ha propuesto un pacto de estado concreto para que se adhiera el resto de fuerzas a favor de la unidad de España. Y ha sido el presidente del Gobierno español quien, vestido con chaqueta de diario, ha comparecido para repetir los mismos comodines de siempre: "tenemos mecanismos de sobra para hacer frente a esta situación", "el Gobierno actuará", y la declaración de independencia "está fuera de la realidad".

Rivera ha tenido hoy la primera foto premonitoria como posible jefe de la oposición si queda por delante de Pedro Sánchez el 20 de diciembre, y busca la segunda, firmando con Rajoy un acuerdo impulsado por él mismo. "Estaría bien sellarlo de alguna manera", ha confesado en la rueda de prensa posterior a la reunión. Ésta sería su primera gran conquista política española.

El pacto de estado de C's

La propuesta de pacto de Ciudadanos gira en torno a cinco líneas rojas: la soberanía de todos los españoles plasmada en el artículo 1 de la Constitución, la defensa de la unidad territorial de España, la Constitución como único marco legal para hacer cualquier reforma, el compromiso con la integración europea y el compromiso a no hacer pactos de gobierno con fuerzas independentistas.

"El objetivo no es discrepar sino ponerse de acuerdo en las cosas básicas", ha asegurado Rivera. No obstante, Rajoy ha remarcado en la conferencia de prensa posterior que es a él a quién le corresponde en todo caso liderar el pacto de estado contra los independentistas.

Una cuestión de matiz

El líder de C's ha evidenciado lo parecidos que son sus planteamientos con los del PP sobre la cuestión territorial. Según ha dicho, a Rajoy y él sólo les separa un matiz, "de momento procesal", sobre lo que hay que hacer con la propuesta de resolución para iniciar el proceso de independencia de Catalunya pendiente de resolver a la mesa del Parlament y de debatir en el pleno. El PP, como ha confirmado por la mañana el diputado Antonio Gallego y este mediodía la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, es partidario de recurrirla en el Tribunal Constitucional inmediatamente después de que se apruebe. El mismo Gallego reconocía: "Yo creo que esta propuesta se debatirá, ya sea en el pleno del día 9 o en cualquier otro". Para Rivera, en cambio, hay suficiente "doctrina constitucional para recurrir un documento admitido a trámite" antes de que llegue a debatirse en la Cámara catalana.

Más allá de una sentencia del Tribunal Constitucional, sin embargo, ninguno de los dos se ha pronunciado. Nada que indique que no se repetirá lo que pasó el 9N. Eso sí, ahora Rajoy podrá socializar responsabilidades en plena precampaña de las generales del 20D.

Iglesias no compra

A Pablo Iglesias, sin embargo, el presidente del Gobierno español no lo ha podido sumar a esta gran coalición para la cual ya cuenta con Pedro Sánchez y Albert Rivera. Después de reunirse los dos por la tarde en La Moncloa, el secretario general de Podemos ha dicho que no se han puesto de acuerdo "casi en nada". Iglesias ha hecho responsable al Gobierno de Rajoy del problema de Cataluña "por ser una fábrica de independentistas" y ha dicho que no es partidario de utilizar el Tribunal Constitucional para contrarrestar a una eventual declaración unilateral de independencia porque "retroalimenta el choque de trenes" y, según él, eso "es lo que quiere Artur Mas".

En casi el mismo tiempo que ha durado la reunión con Rivera –una hora y poco–, Iglesias ha afirmado que ha hablado con Rajoy de muchos temas, desde la Unión Europea, las elecciones en los Estados Unidos, al conflicto de Libia y el Estado del bienestar. Lo ha hecho en mangas de camisa, como tiene a todo el mundo acostumbrado. Desde el atril de la Moncloa, el líder de Podemos se ha negado a entrar en la "bunkerización" y se ha mostrado "poco convencido" por los "frentes antisecesión". "Con un referéndum y un presidente mejor los catalanes no querrán marcharse", ha afirmado, añadiendo que apuesta por España como "país de países".

"La señora Forcadell ya puede declarar cinco repúblicas y no romperá nada", ha afirmado, y se ha mostrado partidario, y ha reconocido que ha transmitido a Rajoy que los catalanes deben votar "su relación jurídica con España". Esta votación tendría que ser "simultánea" en el resto del Estado, y en ella se decidiría también sobre cuatro puntos más a reformar de la Constitución: reforma del sistema electoral, blindaje de derechos sociales, despolitización de la justicia y lucha contra la corrupción.

Se trata de cinco puntos, de los cuales tres son compartidos por Ciutadans, que sólo es contrario a blindajes constitucionales de derechos sociales y al derecho a decidir.

Duran, sí; Mas, no

Rajoy también ha pedido para el próximo martes una reunión con el líder de Unió y candidato del partido en las elecciones generales, Josep A. Duran i Lleida.

Con CDC, Rajoy no ha descartado reunirse –se ha referido, respondiendo al periodista que le ha hecho la pregunta, como "el partido del que usted me habla"–, aunque ha puesto como condición que "abandone su propósito" independentista. Albert Rivera, en cambio, ha dicho al mediodía que "coincide" con Rajoy en que "no se puede hablar con quien se quiere saltar la ley" e incluso ha negado que esta posibilidad saliera en la conversación.