Mariano Rajoy está tocado, pero no hundido de momento por la sentencia de la trama Gürtel, a la espera de que el escenario de la moción de censura de Pedro Sánchez se aclare y el PSOE determine si tiene los apoyos para ser investido presidente del Gobierno. Tal es el enfado de Rajoy con el secretario general, que le ha acusado de querer pactar con el president Quim Torra y Carles Puigdemont, socavando de ese modo "la estabilidad" de España, "debilitándola". Considera el jefe del ejecutivo que el socialista "sólo" piensa en ser presidente "a cualquier precio".

"No sabemos qué quiere hacer. Estará tratando de llegar a algún acuerdo, tendrá que explicarlo él, qué está dispuesto a hacer a cambio, no lo puedo saber" ha dicho Rajoy, al ser preguntado sobre si "la alianza constitucionalista" por el 155 continuaba vigente. En este sentido, Rajoy se ha permitido dudar del pacto suscrito para endurecer la intervención de la Generalitat y ha afilado el verbo para recordar al secretario general que hace escasos días "criticaba" al president Torra, a quien le dijo "supremacista, xenófobo, y racista" y propuso sancionar a los políticos con este talante.

El jefe del ejecutivo se ha deshecho asimismo en acusaciones y reproches contra el líder socialista, a quien le ha insinuado que buscaba "su lugar en la política española" con la moción de censura, tras haber "dejado" al PSOE en un suelo de 84 escaños en 2018, después de los 90 diputados en 2017. "Hay dos opciones: pactar con Ciudadanos y Podemos, o con ERC, el PDeCAT de Puigdemont y Torra, Bildu y Compromís. Cualquier gobierno así es inviable, y lo sabe, pero a él le da igual" ha cargado Rajoy en alusión a aquello que en el 2016 se denominó el "gobierno Frankestein".

Así las cosas, el mandatario español ha dudado de que la Gürtel fuera el detonante de la moción. "No es la consecuencia de nada. Es la excusa de todas sus necesidades" ha dicho Rajoy en alusión a que Sánchez pusiera como pretexto que el Partido Popular estuviera condenado a "título lucrativo" por el caso. Sus argumentos se han basado en que "ningún miembro" del actual ejecutivo ha sido condenado, que la trama se remontaba al 2003 y que la sentencia no era "en firme", sino que el PP la recurriría, ya que sólo tenía una responsabilidad civil, y no penal, porque "no conocía los hechos".

Ante ese escenario, el presidente ha dicho que Sánchez estaba carente "de autoridad moral" para juzgarlo a él, ya que según este patrón, el socialista también se tendría que marchar cuando se conozca el veredicto del caso de los ERE en Andalucía, o de la presunta trama del Partido Socialista de la Comunidad Valenciana. Incluso, también ha desautorizado la consideración del tribunal sobre que el resultado de la sentencia minaba la "credibilidad" del testimonio de Rajoy. "¿Quién reparte certificados de credibilidad en España? Los ciudadanos. ¿Quién tiene más credibilidad, un partido con 84 escaños o con 134"? se ha jactado.