La hipótesis con que el Partido Popular (PP) se enfrenta a las elecciones del 26-J es la de pactar con Ciudadanos para mantenerse en el Gobierno, aunque pierda el rodillo de la mayoría absoluta. Otro objetivo del PP es mantener como presidente a su líder, Mariano Rajoy y poder seguir adelante con las reformas que han ido impulsando en los últimos años. Así las cosas, tanto Rajoy como el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, han hecho en las últimas horas ciertas cesiones que podrían allanar el camino ante la posibilidad de acuerdo postelectoral.

Una de las cuestiones que más preocupa a la formación naranja es la corrupción. Allí donde ha facilitado la gobernabilidad de otros partidos, la condición necesaria siempre ha sido "echar a los corruptos de las listas electorales" y del cargo. Con la cantidad de casos que ha tenido que enfrentar el PP en los últimos meses, Rivera siempre había clamado que era imposible el acuerdo. El temor de C's era aceptar a un presidente que no estuviera dispuesto a tomar medidas al respeto, hecho que les haría perder credibilidad. 

Rivera ha pedido muchas veces la cabeza del gallego. Salvarlo depende en buena medida de endurecer las políticas contra la corrupción, como Rajoy ha hecho en su programa electoral. "La transparencia y la ejemplaridad son una obligación. Firmaremos una declaración de compromiso que nos obligue a dimitir en caso de ser encausados por corrupción", hace constar el apartado que aborda el tema. 

La aprobación de Rivera no se ha hecho esperar, retrocediendo posiciones a marchas forzadas, ante la hipótesis de que PP y C's sumen mayoría absoluta, o casi puedan llegar a rozarla. Este miércoles el líder de C's viajó a Bruselas donde dejó la puerta abierta a su potencial socio. "Quien lidere una nueva etapa política y la lucha contra la corrupción, tiene que tener credibilidad, autoridad moral, tiene que creérselo", afirmó. "Yo y nadie participaría de un proyecto en el cual no cree", señaló, tajante.

Si Rajoy lo pone fácil, el acuerdo podría ser perpetrado sin frenos. Se estaría hablando entonces de un pacto de gobierno, con mucha probabilidad, en tanto que Rivera también ha dado marcha atrás respecto de un veto que él mismo se había autoimpuesto: el de no entrar en ningún ejecutivo y sólo firmar pactos de investidura. Así lo hizo en Andalucía, por ejemplo, cediendo el gobierno a la socialista Susana Díaz. Sin embargo, la formación naranja se ha desdicho, y no niega ya la posibilidad de pedir algunos ministerios a cambio de su apoyo.

Ciudadanos seguramente estaría más cómodo con caras jóvenes, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, o el vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Casado, tal como él aseguró las últimas semanas. Casado esquivó la pregunta de este diario sobre si él querría ser el candidato y veía Rajoy legitimado para seguir siéndolo. Los populares siempre han cerrado filas, ante las múltiples defensas al presidente, por parte de la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría. 

Fernández Díaz, Rajoy y García-Margallo / EFE

Política económica y déficit

Si los gestos del PP no fueran convincentes, algunas fuentes aseguran que Santamaría podría ser la candidatable, al ser el factor de continuismo en las políticas públicas del Gobierno. Es decir, la operación Menina. 

Ello podría generar controversia dentro del ámbito económico, que preocupa tanto a ambos partidos. La formación naranja ha criticado mucho el déficit de las comunidades autónomas, como hizo uno de sus responsables económicos, Toni Roldán, en una entrevista con El Nacional. Tampoco aprueban la bajada de impuestos que Rajoy ha asegurado que haría. Sin embargo, dos fuerzas de corte liberal en lo económico no tendrían de que encontrar diferencias irreconciliables. Menos si estuvieran en disposición de gobernar.

El programa electoral

El guiño de Rajoy a Rivera también llega a través de otros aspectos del programa electoral. En las últimas semanas, la formación naranja lamentó que los populares les hubieran "copiado" propuestas como el cambio de los husos horarios, la mochila digital, entre otros elementos. Dicho programa será presentado por parte del líder del PP este sábado en Barcelona, como ha podido saber El Nacional.

Venezuela 

La introducción de Venezuela en la agenda política las últimas semanas, como consecuencia del viaje de Rivera al país sudamericano, sirvió para avivar el miedo a las políticas radicales y enfrentarse con Podemos por las vinculaciones que algunos de sus miembros tuvieron en el pasado con el país. El PP supo recoger la idea y reaprovecharla para su campaña electoral basada en la polarización frente a los "radicalismos".

Asimismo, el Gobierno incluyó el punto en el Consejo de Seguridad Nacional, el pasado viernes, como manera de imponerse en el debate público. Y es que C's y PP tienen más cuestiones a compartir que a quedar a estas alturas, que podrían garantizar que su pacto empasta después del 26-J, si los números les sonríen y juntos rozan la mayoría absoluta.