Mariano Rajoy confía en que será investido después de que Albert Rivera se haya abierto a dialogar sobre los Presupuestos de 2017. Estos sólo se pueden sacar adelante si hay gobierno y con la aprobación previa del techo de gasto. Por tanto, "investidura y techo de gasto son un pack" explicaban fuentes de Moncloa a El Nacional. El ejecutivo popular amenaza con los peligros para la financiación de las comunidades autónomas –incluidas las socialistas– si este proceso no se culmina. Y del cierre del acuerdo económico con Ciudadanos dependerá la fecha de investidura y la posibilidad de presionar al PSOE para la abstención.

"Lo importante es la fecha del acuerdo" afirmaba la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda de prensa posterior al Consejos de Ministros. "Cuando haya acuerdo, habrá fecha", añadía. En Moncloa esperan que el día surja de la negociación, es decir, que tan pronto como esta esté cerrada, se podrá convocar el Pleno. Es por ese motivo que el líder del PP todavía no se ha puesto de acuerdo con la presidenta del Congreso, Ana Pastor, para fijar el día de la ceremonia. 

El gobierno en funciones considera que no tendría sentido que C's haya entrado en el terreno negociador si es que más tarde no piensa votar 'sí' a Rajoy. El calendario económico apremia y hacia el 29 de agosto estaría el límite para situar la posible investidura. Esto permitiría validar los presupuestos hacia finales de septiembre, entre el 23 y el 30 y aprobar también la senda de déficit con la Unión Europea. Este es otro de los compromisos que Rajoy quería revisar con Rivera.

El gallego quiere ligar bien su estrategia y va desplegando toda la artillería para seducir a la formación naranja. Ha puesto encima de la mesa de diálogos la racionalización de las administraciones públicas. Ello no implica que se supriman diputaciones, que el PP defiende a ultranza. Es más, lo criticó en el pacto que suscribieron Rivera y Pedro Sánchez para la investidura fallida del segundo. La cuestión es que los topes de dispendio y la optimización del dinero público –además de los recortes que pide la UE– forman parte del techo de gasto y son un elemento de interés para el partido liberal.

Esperando el sí y la abstención

La Moncloa espera que el Sí de C's vaya seguido de la abstención del PSOE. La vicepresidenta interina ha lanzado dos advertencias a los socialistas. La primera es que un gobierno en funciones puede difícilmente aprobar el techo de gasto ya que eso sería "dar manga ancha" y no ceñirse al derecho. En Ferraz aseguraban que sí podía hacerlo, pero Santamaría indica que la cuestión podría acabar incluso en los tribunales, si las autonomías denuncian al Estado. La segunda advertencia es sobre la financiación autonómica y el presupuesto de los gobiernos autonómicos, que se ven influidos por el techo.

Así las cosas, C's ya ha afirmado que no se moverá de la abstención. Pero el PP no acepta a un 'no' por respuesta. "No nos comamos la cena antes que la merienda" decían las fuentes para ilustrar la estrategia negociadora de Moncloa. Tampoco son pesimistas a en cuanto a Pedro Sánchez. La vicepresidenta no entra en las declaraciones de Jose Luis Rodríguez Zapatero insinuando la abstención del PSOE. Sin embargo, la número dos del gobierno recuerda que Sánchez se puso a disposición de Rajoy para "intercambiar información". El gallego fía la investidura al "paso" económico que el miércoles dio con Rivera.