Mariano Rajoy y el PNV comparten un enemigo común en el Congreso, Ciudadanos: al Partido Popular le roba votos por el flanco de la derecha, y para los nacionalistas vascos, la formación naranja supone una amenaza a sus preciados rasgos diferenciales, como la cuota vasca. Pero ante el riesgo de que la caída del presupuesto fuerce elecciones, jeltzales y populares cedían esta semana para salvar la aceptación a trámite: los primeros, desdiciéndose con la condición de abrirse a votar a favor solo si se levantaba el 155 en Catalunya; los segundos, con la subida de las pensiones.

Lo reconocía el portavoz vasco Aitor Esteban en la votación de este jueves, donde se han tumbado las enmiendas a la totalidad de la oposición con los votos de PP, PNV, Cs, Coalición Canaria y Nueva Canarias. "Si el presupuesto descabalga, habrá consecuencias. ¿Elecciones anticipadas? Quizás. ¿Y a quién beneficiaría? Fuera caretas", denunciaba Esteban desde el atril, después de dar oxígeno a Rajoy hasta el 26 de mayo, fecha definitiva para la aprobación de las cuentas. La afirmación tenía fundamentos, ya que el PSOE exigió comicios si el Ejecutivo no sacaba adelante los PGE. Además, dejaría al Gobierno en jaque en plenos comicios autonómicos de 2019 y generales de 2020.

La cuestión es que los jeltzales señalaban después quién sería, a su parecer, el principal interesado: Albert Rivera. "Con tanta encuesta al alza, ¿qué hacer? ¿Provocar unas elecciones haciendo caer al Gobierno? ¿O esperar a que la situación sea más apurada para el PP y asegurarse el sorpasso definitivo"?, le increpaba el portavoz vasco, tras las informaciones —desmentidas— sobre que Rajoy cediría en el acercamiento de presos, y sobre la seguridad social. "Se le pusieron los dientes largos. Qué oportunidad para cargar contra el presidente y los sectarios vascos", lamentaba Esteban.

Así las cosas, la jugada entre PP y PNV dejaba en jaque a un Rivera que habitualmente carga contra los "privilegios" de los vascos, como el cuponazo, gracias a la cesión de último minuto de Moncloa, quien se abrió a subir todas las pensiones del Estado en un 1,6% en 2018 y, según el IPC, en 2019, así como retrasar hasta 2023 el factor de sostenibilidad, ligado a la esperanza de vida. Esta era una cesión que le exigían algunos grupos, como PDeCAT, incluso PSOE, Podemos y ERC, que querían la equiparación de acuerdo con el incremento del coste de la vida, algo que el presidente prefería evitar.

Sin embargo, los jeltzales todavía encuentran dificultades para justificar el giro en la tramitación, ya que el 155 sigue vigente en Catalunya. El portavoz dijo que a los independentistas tampoco les beneficiaría un gobierno más "agresivo" con su causa, en alusión al tándem PP-Cs. En segundo lugar, ha recordado que su voto favorable llevaba asociada la petición de "una nueva etapa de diálogo" con el Govern de la Generalitat, si es que hay antes del 22 de mayo. Así las cosas, Rajoy ha abandonado la cámara recordando que el trabajo no estaba acabado, ya que todavía quedaba el trámite definitivo, en un mes, con el voto vasco en el aire.