Mariano Rajoy ha contraatacado este lunes ante la "sintonía" exhibida la semana anterior por Ciudadanos y Unidos Podemos, en la reunión que ambas fuerzas mantuvieron en el Congreso para impulsar una reforma de la ley electoral. Frente al sistema "más proporcional" que le pedían los partidos emergentes al PSOE y el Partido Popular, Génova ha respondido sacando del cajón una vieja propuesta de su programa: que gobierne la lista más votada en los ayuntamientos, que incluso podría hacerse extensible a las comunidades autónomas, con la mirada puesta en los comicios del 2019.

"Siempre nos hemos centrado en que gobierne el más votado, lo seguiremos concretando en el ámbito municipal", ha dicho el coordinador general del PP Fernando Martínez Maíllo, quien ha insinuado que la propuesta era extensible al resto de España. La cuestión es que preguntado si lo era para las autonomías, Maíllo no lo ha negado. Ha dicho que "primero esperarían a hacer una propuesta al resto de formaciones, un planteamiento general" con que debatir. Consideran los populares que hay "mayor consenso" en su posicionamiento que en lo que estarían proponiendo Cs y Podemos a los socialistas.

La cuestión es que el PP no tiene todavía la concreción legal de cómo articulará la propuesta: bien a través de una prima de escaños para el partido más votado, como en Grecia, bien por consenso –Maíllo ha pedido que se aplique ya la idea a los comicios locales y autonómicos del 2019, que no afectaría de momento a Catalunya pues sus elecciones tienen calendario propio. La cuestión es que los populares aseguran que es "una propuesta sencilla, limpia y pura. Quien consiga más escaños, gobierna, sin tejemanejes", ha dicho. De esa manera, se garantiza que no se cambiaría "en los bares" aquello que votan los ciudadanos.

La rivalidad con Cs ha estado presente en todo momento durante el discurso de Maíllo –quien ha asegurado que la reunión mantenida en Génova con los barones autonómicos no había consistido en hablar de la formación naranja, sino "del PP y el interés general". Si bien, el popular ha denunciado que Albert Rivera y Pablo Iglesias hubieran intentado quitar la "voz a la España que no tiene portavoces", que es la zona rural —donde precisamente Rajoy y Pedro Sánchez salen beneficiados—. La cuestión es que los partidos emergentes tienen menos dificultades a las provincias urbanitas, o con circunscripciones de más escaños.

Así las cosas, Rajoy no ha querido ceder el protagonismo del cónclave a sus adversarios. "Ni un minuto, ni un segundo", ha asegurado el coordinador general que se había dedicado de tiempo a abordar la pujanza de Cs en las encuestas. Eso, aunque algunos barones sí habían denunciado en la puerta —y en conversaciones privadas filtradas a los medios— su desazón porque el presidente no lanzara una gran ofensiva para destronar el clima favorable a Rivera. Pero una vez más, los cargos del partido no se han atrevido a decirlo a la cara del líder y nadie ha levantado una voz discordante.