"Para España, Gibraltar es español gane o pierda el Brexit". Con estas palabras, el candidato del PP en la Moncloa, Mariano Rajoy, se ha mostrado molesto en RNE por la visita de David Cameron al peñón y ha cargado contra el primer ministro por hacer coincidir la primera visita de un jefe de Estado británico desde 1968 con la campaña para votar en contra del Brexit.

"La campaña para esto tendría que hacerse en el Reino Unido y no en Gibraltar", le ha lanzado en la distancia, y ha aprovechado para cargar contra el referéndum por considerar que "sería un paso atrás en el proyecto europeo".

En un discreto símil con la cuestión catalana, Rajoy ha querido poner de manifiesto que "el mundo va hacia procesos de integración y no de división" y ha cuestionado qué pasaría con los ciudadanos británicos que viven fuera del Reino Unido porque "habría que determinar cuáles son sus derechos".

Obstinado en la gran coalición

Continuando en la línea de los últimos siete meses, un presidente en funciones obstinado en la gran coalición ha vuelto a reiterar su idea de que quien tiene que gobernar es la lista más votada.

Y es que Rajoy tiene claro que quiere volver a ser presidente: "No tiene sentido que el partido más votado haga presidente al tercero, es una falta de respeto hacia los ciudadanos", ha puesto de relieve, y, para arrastrar más votos hacia casa, ha querido justificar la subida de impuestos que hizo su gobierno porque –obviando totalmente el rescate en los bancos– lo hizo para "evitar el rescate", pero ha asegurado que si preside la Moncloa, los volverán a bajar.

También ha pedido al Ayuntamiento de Pontevedra que "rectifiquen" el hecho de haberlo declarado persona 'non grata' porque "es un disparate y no sirve para nada".