Y mientras los rivales lloran, alguien está feliz: la sonrisa ha vuelto al bando donde solía estar. Ni el caso Fernández Díaz, ni el déficit de España, ni la corrupción, han conseguido tumbar al Partido Popular (PP). Con 137 escaños, los populares han conseguido imponerse en la repetición de las elecciones generales. También han afianzado a su líder, Mariano Rajoy. Y es que "el jefe", como lo llama la vicepresidenta interina, Soraya Sáenz de Santamaría, "tiene mucho aguante", pese a los cuestionamientos de la oposición. A costa de la derrota de Ciudadanos, ahora con 32 escaños, Rajoy ha conseguido descabezar cualquier liderazgo por la izquierda. Un PSOE agridulce ha pinchado respecto del 20-D, con 85 escaños, aunque haya cortado el sorpasso de Unidos Podemos, con 71.

La noche había empezado desdibujada para los populares. Su objetivo en campaña había sido los 130 escaños y los primeros sondeos a pie de urna le habían dado una pinza que rozaba los 121 por la parte alta. Pero conforme avanzaba la noche, la resaca del Brexit y la polarización de la campaña le podrían haber asegurado la crecida de 14 escaños respecto del 20 de diciembre, cuando obtuvo 123. El PP ha conseguido su objetivo de dejar fuera del combate por la derecha a C's. Parece que Rajoy habría conseguido el escaño que buscaba en al menos 9 circunscripciones donde no pudo entrar la última vez, barrado por algunos votos que fueron a la formación de Albert Rivera.

Lejos de la calle Génova 13, la alegría de unos se convertía en lamentos para otros. En Ferraz, los socialistas habían evitado que el secretario general, Pedro Sánchez, saliera a valorar los resultados hasta que no hubiera nada en firme. El sorpasso parecía cerca y el silencio sepulcral, acompañado de las caras largas, comenzaba a volverse barullo a medida que se hacía el recuento de votos. Si a pie de urna los socialistas perdían 20 diputados respecto del 20-D, cuando obtuvo 90, con los datos en la mano logran 85. Una victoria, segunda derrota històrica, entre el sabor ácido y el dulce: Sánchez cortaba el sorpasso, y conseguía la sorfresa, la remontada, pero lo que queda ahora menos claro es la supervivencia de su líder al frente del partido.

Si una sonrisa se ha roto en pedazos, sin entender lo que pasaba, ha sido la de Unidos Podemos. Contra todo pronóstico, contra toda encuesta, no han podido ocultar las caras largas y la desilusión porque "las fuerzas progresistas hayan retrocedido", como ha dicho Iglesias. La coalición de izquierdas había acariciado minutos antes el sorpasso, con una ventaja suficiente para llamar la misma noche a Pedro Sánchez y ofrecerle en bandeja un gobierno de mayoría absoluta. Pero reunidos en el Teatro Goya, han reproducido la cita del pintor español: "la fantasía, aislada de la razón, sólo produce monstruos imposibles". En la constatación de que ambos habían perdido 1 millón de votos, quedándose con 71 escaños, han vuelto a la realidad. Iglesias ha perdido la hegemonía del relato en la izquierda, pero no cree que deba dimitir. No se arrepiente del entendimiento con IU y ya se ha mensajeado con Sánchez para hablar.

El bipartidismo queda tocado de muerte, con el afianzamiento de tres partidos. Aunque si una fuerza se ha disuelto, perjudicado por la repetición de elecciones y después de no haber conseguido la presencia mediática esperada durante la campaña, es C's. La formación naranja ha sufrido un descenso que los deja lejos de actuar como partido bisagra y articular un gobierno con PP o PSOE. Rivera había pedido en campaña varias veces que Rajoy se fuera, debido a los casos de corrupción en el PP y la tensión era evidente entre ambos. Sin embargo, C 's había quedado fuera de escena, en medio de la polarización de Iglesias y Rajoy.

¿Lejos de las terceras elecciones?

Con un Rajoy reforzado y una izquierda debilitada moralmente, el mostrador político poco ha cambiado. Sin embargo, después del Brexit y el déficit que se mantiene en las cuentas del Estado, es difícil la probabilidad de unas nuevas elecciones.

Si las "fuerzas del cambio", PSOE, Podemos y C 's no logran ponerse de acuerdo para articular cualquier entendimiento, el escenario más factible es que el PP vuelva a gobernar. La suma de la formación morada y los socialistas es de 156 escaños y esta vez los partidos independentistas, ERC (9) y CDC (8) no podrían facilitarles el entendimiento con la abstención de sus 17 escaños. Deberían votar sí ellos, más PNV (5) y EH Bildu (2) y Coalición Canaria (1), así como C 's (40). El referéndum volvería a estar en el debate y sólo la posibilidad de un gobierno en minoría de Sánchez podría hermanar a C's y Podemos.

Ante ese escenario, la otra alternativa es la "hipótesis Sevilla". Según indicó el 'ministrable' en Economía de los socialistas, Jordi Sevilla, el partido estaría a favor de que gobernara la fuerza que lograra articular más apoyos. C 's debería recuperar su argumento de no ir a terceras elecciones y aceptar la permanencia de Rajoy para facilitar la gobernabilidad al PP. Con 169 escaños entre ambos, necesitarían la opción que contemplan en Génova: una abstención del PSOE debilitado, con un Podemos que se siente pinchado. Por eso el gallego sonríe, porque el PP ha ganado y aún tiene esperanza de revalidar. La sonrisa ha vuelto a su bando. De momento.