Como si de un bombardeo se tratara, la sesión de control del Congreso se ha convertido en un asedio contra el presidente, Mariano Rajoy, por los escándalos de corrupción que han salpicado al Gobierno y al Partido Popular en las últimas semanas. La oposición ha encadenado hasta ocho preguntas relativas a la acción de la Fiscalía, la operación Lezo, el exvicepresidente Rodrigo Rato, o los Ministerios de Justicia e Interior, que se ha saldado con la petición por parte del PSOE a Rajoy de que Rafael Catalá dimitiera, y el aviso de Podemos sobre la moción de censura al jefe del Ejecutivo.

El portavoz socialista Antonio Hernando ha comenzado la cruzada denunciando la "distancia" con que el gallego hablaba de la corrupción. "Esperanza Aguirre ha dimitido ya tres veces; Ignacio González está en la prisión; el expresidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, está imputado; usted tendrá que declarar por la Gürtel; el exvicepresidente Rodrigo Rato está involucrado en escándalos con Hacienda y la justicia se ha convertido en abogada defensora. Mire, usted tendría que hacer dimitir al ministro y cesar al fiscal general del Estado", ha exigido Hernando.

Rajoy ha respondido con las medidas anticorrupción de su Gobierno, que se podrían seguir ampliando si alcanza el apoyo para aprobar los presupuestos generales del Estado –que dependen del diputado que se presentó en coalición con el PSOE a las elecciones, Pedro Quevedo, de Nueva Canarias—. Pero el socialista le ha contestado que sus palabras sobre que "quien la hace, la paga" no tendrían ya validez y estaría empujando a España a un "descrédito institucional". Así, le ha recordado que pronto tendría que comparecer si la Comisión Anticorrupción así lo aprueba próximamente.

Así las cosas, las acciones de los socialistas han sido criticadas por Podemos, después de que los primeros se negaran a dar apoyo a la moción de censura a Rajoy. Primero, el líder Pablo Iglesias ha denunciado que PNV, Ciudadanos y Coalición Canaria hubieran ayudado al Gobierno a amarrar el presupuesto, a pesar de las injerencias presuntas de la Fiscalía en los escándalos de corrupción. Al respecto, ha recordado al presidente que Ignacio González era partidario del fiscal Anticorrupción, Manuel Moix, como ilustran unos audios publicados en prensa.

Pero Rajoy no se ha perturbado y ha enarbolado la bandera del "y tú más". "Usted presentó al PSOE un pacto de gobierno ahora hace un año donde decía que la Fiscalía tendrá que ser fiel al Gobierno del cambio. Pues mire, ni con cambio, ni con recambio, sólo fieles al Estado de derecho y a la ley", ha dicho despachándose el jefe del Ejecutivo, consciente de que Podemos tuvo que rectificar ese fragmento por la polémica que generó, pues fue interpretado como si quisiera controlar al aparato judicial. Eso sí, ha defendido a Moix como persona "independiente" y "profesional" en su trabajo. 

El gallego ha pasado más tarde el relevo al ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, al de Hacienda, Cristóbal Montoro, y a Catalá, quien comparece esta tarde en el Congreso, junto al fiscal general del Estado, José Manuel Maza, para rendir cuentas sobre la acción de la Fiscalía.

Precisamente, el diputado de Ciudadanos, José Manuel Villegas, ha recordado a Catalá los presuntos intentos de este órgano para paralizar la investigación del caso Lezo, y este le ha respondido que en una democracia quien debe demostrar la culpabilidad es quien acusa, por lo que era "injusto" criticar a Moix. La diputada socialista Isabel Rodríguez ha ido más lejos y ha asegurado que si Catalá no dimite, el PSOE propondrá su reprobación en la cámara baja. "Estos fiscales que usted nombra son los que lo impiden y hacen que el resto se encuentre con trabas", ha dicho.

Zoido, por su parte, ha recibido una sacudida porque el hermano de Ignacio González, Pablo González, se reunió en su despacho con el secretario de Estado de Interior, José Antonio Nieto. Esto llega después de que la Fiscalía sospeche que Nieto habría avisado sobre el caso Lezo a González. Pero el titular de Interior no ha cambiado la respuesta "exhaustiva" que ya ofreció su número dos hace unas semanas en el Congreso, cuando compareció para decir que desconocía la operación por el caso Canal entonces, y que por tanto no era posible que hubiera hablado sobre este tema.

Desconcertada ha quedado la socialista Soraya Rodríguez cuando ha querido preguntar a Montoro sobre el presunto blanqueo de capitales de Rato. La pregunta ha sido redirigida a Zoido, pero ella ha denunciado que el de Hacienda tenía su despacho al lado, y no sabía nada. El de Interior ha hecho lo de "la mejor defensa es un buen ataque" y ha señalado los escándalos por los ERE en Andalucía, asegurando que, según el argumento de la socialista, Chaves y Griñán también debían estar al corriente. El cerco se estrecha en el Congreso conforme la declaración de Rajoy por la Gürtel se acerca.