Último pleno antes de las vacaciones de verano. Podría ser también el último antes de conocer la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes independentistas. Cómo habrá que responder a ella ha sido uno de los puntos de debate de la sesión de control al presidente Quim Torra, este miércoles. Como era de prever, la investidura pendiente de Pedro Sánchez también se ha colado en el hemiciclo.

Hace semanas que el president de la Generalitat ha iniciado una ronda de contactos con partidos, entidades, patronales y sindicatos para tratar de tejer una respuesta unitaria si la justicia española acaba condenando a los presos. La portavoz de los comunes en el Parlament, Jèssica Albiach, ha preguntado al president qué idea tiene en este sentido, le ha rogado que "abandonen la gesticulación" y ha expresado "preocupación por las discrepancias" entre los socios de Govern con propuestas que van desde la convocatoria a la repetición de la vía unilateral.

El president ha explicado que ha detectado tres puntos de consenso amplio: "no considerar la institución monárquica como propia, no judicializar la política y autodeterminación". Al hilo de esta reflexión, ha pedido a los comunes que "Ustedes que ahora tienen ocasión en las negociaciones lo que les ruego es que no renuncien a la autodeterminación, no dejen Catalunya de lado en las negociaciones PSOE-Podemos". En ese sentido ha lamentado que en los 14 meses que lleva como president de la Generalitat todavía no ha escuchado "la propuesta que tienen el gobienro del Estado para Catalunya". 

La corbata roja de Torra

Esta vez Torra, que hoy ha escogido corbata roja para lucir durante el pleno como Miquel Iceta, no ha pronunciado la famosa consigna lo volveremos a hacer. Tampoco se ha peleado con el líder del PSC, con quien ha debatido sobre la Catalunya rural y cómo luchar contra la despoblación y mejorar la gestión de los bosques. Ambos han huido de cuestiones espinosas, quien sabe si resultado del acuerdo en la Diputación de Barcelona.

En el lado opuesto, el president también ha querido reconquistar a la CUP. Yendo más allá de la pregunta sobre hidroeléctricas que ha hecho la portavoz cupaire, Torra ha aprovechado para agradecerles el giro estratégico que están afrontando como partido. "Valoro positivamente los posicionamientos de su grupo para entendernos, les extiendo la mano para trabajar en todos los temas de este país que nos llevan a la soberanía", ha afirmado.

El momento más tenso, como siempre, ha sido en el cuerpo en cuerpo con Ciudadanos. Carlos Carrizosa le ha pedido que dimita. Torra le ha exigido que su partido pida perdón públicamente a los profesores de l'IES Palau que "asediaron". Unas disculpas que no han llegado.

La sesión de control de este miércoles ha sido el preludio de lo que vendrá después, con el debate monográfico propuesto por Ciudadanos bajo el título "la Catalunya real". La bronca está servida.