El conseller Quim Forn (Barcelona, 1964) confesa en declaraciones en El Nacional que no esperaba que la prisión preventiva que dictó la jueza Carmen Lamela fuera tan larga. Hoy, sin embargo, se cumplen doce meses del encarcelamiento y asegura sentirse fuerte y preparado para el juicio. Forn había entrado en el gobierno de Carles Puigdemont el 14 de julio. Todavía no hacía cuatro meses que había asumido el cargo cuando el viernes 27 de octubre el Parlament proclamó la República. El conseller se marchó aquel fin de semana a Bélgica con el president y parte del Govern, pero el martes, 31 de octubre, volvió a Barcelona. Dos días acudió a la Audiencia con el resto de miembros del ejecutivo presentes.
Desde aquel 2 de noviembre, Forn no ha podido salir de la prisión, al igual que el vicepresident Oriol Junqueras -con quien compartió celda durante tres meses en la prisión d'Estremera- y los responsables de las entidades soberanistas, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, que habían sido encarcelados quince días antes. Se les imputan delitos de malversación, sedición y rebelión. Este viernes, justo el día en que se cumple un año de encarcelamiento, la fiscalía presentará el escrito de acusación.
Me siento fuerte y preparado para afrontar el juicio
Lleva ya un año de prisión. ¿Cómo está?
Estoy bien. En estos momentos me siento fuerte y preparado para afrontar el juicio que previsiblemente se celebrará el mes de enero. Después de tantos meses privado de libertad aprendes a controlar esta situación.
Tardé unos meses en tomar conciencia de la situación, en entender que la prisión iba para largo
Fue tres meses y medio responsable de la conselleria de Interior y lleva 12 meses en la prisión. ¿Había pensado alguna vez sería una prisión preventiva tan larga?
No. Tardé unos meses en tomar conciencia de la situación, a entender que la prisión iba para largo. La segunda vez que el juez me deniega la libertad afirma en su resolución, cito textualmente, que mi ideología coexiste en un contexto político en que no tiene la certeza de que haya desaparecido la intención de alcanzar la independencia de Catalunya. Es la demostración de que estamos en la prisión por nuestras ideas. Una vez asumes este hecho te preparas para los peores escenarios.
¿Cuál ha sido el peor momento?
El 4 de diciembre de 2017, cuando a una parte del gobierno encarcelado se les concede la libertad y se nos deniega a la Oriol, a los Jordis y a mí. También hay otros dos momentos muchos duros. Cuando nuestros compañeros vuelven a entrar en la prisión, el 23 de marzo, y cuando al cabo de dos días, el presidente Puigdemont es detenido en Alemania. Son unos días tristes, de impotencia.
¿Cómo viven ahora en Lledoners?
Estamos bien. El trato con el resto de reclusos y los funcionarios es bueno. El hecho de estar los siete en el mismo módulo también es positivo. Nos permite hablar, intercambiar ideas y animarnos los unos a los otros cuando hace falta.
Usted en su libro y también el resto de presos se han quejado de cuestiones concretas del trato durante el encarcelamiento en Estremera, como los traslados... ¿Ha notado diferencia de trato en Lledoners?
Desde el día que llegué a Lledoners sólo he tenido que salir una sola vez para hacerme unas pruebas médicas en Terrassa. El traslado no tiene nada que ver con los que conocí cuándo estaba en Estremera y tenía que ir a declarar al Supremo. Tengo muy mal recuerdo de aquellos traslados, las esposas, el viaje en la furgoneta de la Guardia Civil, las horas de espera en el calabozo de la Audiencia.... Le aseguro que declarar en estas condiciones no es fácil. Los traslados son uno de los peores recuerdos que tengo de la prisión. Ahora nos preocupa que estos traslados se repetirán diariamente durante unos meses, mientras dure el juicio.
Con la Oriol nos hemos hecho compañía, nos hemos animado en momentos difíciles
Qué relación ha establecido con Oriol Junqueras, en su libro afirma que al principio el vicepresident casi no hablaba...
Creo que cuando escribo eso es el mes de diciembre, hacía poco tiempo que estábamos juntos en el mismo módulo. Con la Oriol hemos pasado un año juntos. Primero en Estremera y ahora en Lledoners. En Estremera compartimos celda durante tres meses. Nuestra relación es muy buena. Nos hemos hecho compañía, nos hemos animado en momentos difíciles. Cuando vives este tipo de experiencia durante tanto tiempo se establece una relación especial. Creo que puedo decir lo mismo del resto de compañeros que estamos en la prisión. En mi libro digo que las pequeñas diferencias políticas desaparecen y las grandes discrepancias se acortan mucho. Aquí prevalece el trato y la relación personal y humana.
Aunque haya ruido político fuera de la prisión, nosotros nos mantenemos unidos
¿Qué relación mantienen en la prisión?
Tenemos una buena relación. El hecho de estar los siete en el mismo módulo ayuda. Cada uno hace su vida, participa en los trabajos y las actividades que le corresponden pero la relación es estrecha. Intentamos encontrar momentos para compartir reflexiones y estrategias. Somos conscientes de nuestro papel, sabemos que la gente quiere saber nuestra opinión, quieren saber qué pensamos. Aunque haya ruido político fuera de la prisión, nosotros nos mantenemos unidos.
¿Tiene contacto con Carles Puigdemont y los consellers en el exilio?
Tengo contacto con el president y algunos consellers en el exilio. Desgraciadamente no es tan fácil y rápido como me gustaría. Tenemos unas limitaciones importantes. No disponemos de internet y sólo tenemos 7 llamadas a la semana, que sirven para comunicarnos con la familia. Los contactos son por carta o a través de terceras personas, eso ralentiza mucho nuestra relación.
¿Cómo ha afectado a su situación al hecho de que haya parte del gobierno en el exilio? ¿Les ha perjudicado?
Yo creo que no sólo no nos ha perjudicado, sino que el papel de los miembros del Govern en el exilio está siendo muy positivo desde el punto de vista jurídico. Hemos obtenido unas grandes victorias en los tribunales alemanes y belgas. La decisión del tribunal de Schleswig-Holstein rechazando el delito de rebelión es muy significativa. También hay una tarea muy importante de internacionalización de nuestra causa que se está haciendo desde el exilio y que ahora se canalizará a través del Consell per la República.
No me arrepiento de haber vuelto de Bruselas. No he cometido ningún delito, soy responsable de mis acciones y las defenderé allí donde haga falta
¿Se ha arrepentido de haber vuelto de Bruselas después de haber marchado con los miembros del Govern que fueron al exilio?
No. Volví desde Bruselas convencido y no me arrepiento de haberlo hecho. No he cometido ningún delito, soy responsable de mis acciones y las defenderé allí donde haga falta.
Tengo la conciencia tranquila porque he cumplido un compromiso político y con nuestra actuación no hemos cometido ningún delito
¿Cómo afronta el juicio?
Con tranquilidad. Tengo la conciencia tranquila porque he cumplido un compromiso político y con nuestra actuación no hemos cometido ningún delito. Sabemos que se ha querido construir un determinado relato que permita a los jueces justificar el delito de rebelión o de sedición. No hay ninguna razón jurídica, ningún argumento, con el código penal en la mano, que justifique las penas que previsiblemente pedirá la Fiscalía.
Espero que se pueda demostrar nuestra inocencia y que se han vulnerado nuestro derecho político y las libertades ciudadanas
¿Qué espera de este juicio?
Espero que se pueda demostrar nuestra inocencia y espero que podamos demostrar que se han vulnerado nuestro derecho político y las libertades ciudadanas. Esto lo haremos en el Tribunal Supremo o bien en instancias europeas.
¿Los presos se están convirtiendo en moneda de cambio para los presupuestos? ¿Cuando Pedro Sánchez empieza a cuestionar que se pueda hablar de rebelión, cree que es un intento de acercarse al independentismo para facilitar su voto a los presupuestos?
Ya hemos dicho en reiteradas ocasiones que no queremos ser moneda de cambio de los presupuestos. Pensamos que no tiene ningún sentido. Cuando Sánchez cuestiona que se pueda hablar de rebelión lo hace porque sabe que este delito que se nos quiere imputar no tiene ningún fundamento jurídico, porque le preocupa una condena por el delito de rebelión. Pedro Sánchez, hace pocos meses, cuando no era presidente del gobierno, anunció que presentaría una proposición de modificación del Código Penal porque sabía que la declaración del Parlamento no se puede encajar en los actuales tipos de delito de rebelión y sedición.
Si aceptara el indulto estaría aceptando la culpabilidad y eso no lo puedo hacer de ninguna de las maneras
¿Aceptaría un indulto?
Si aceptara el indulto estaría aceptando la culpabilidad y eso no lo puedo hacer de ninguna de las maneras. Reitero que la única sentencia justa es la absolutoria. No hemos cometido ningún delito, poner las urnas para que la gente ejerza el derecho de voto no es delito.
He aprendido a no hacer pronósticos. Tengo que vivir el presente
¿Cómo se imagina su vida los próximos años? ¿En qué momento se ve fuera de la prisión?
He aprendido a no hacer pronósticos. Tengo que vivir el presente. En ningún momento he perdido la esperanza pero es inútil pensar en el día que saldré de la prisión, eso no ayuda.
Todos los instrumentos son válidos, también la desobediencia civil y pacífica. No tenemos que sacralizar ninguno
La Crida habla de desobediencia pacífica. ¿Cree que es el camino?
Todos los instrumentos son válidos, también la desobediencia civil y pacífica. Yo no creo que tengamos que sacralizar ninguno. Puede tener sentido si se aplica con criterio pero como decía hace pocos días Jordi Sànchez, no podemos institucionalizar la desobediencia. Hace pocas semanas hemos visto como la alcaldesa de Berga, que ha sido inhabilitada por el juez, ha encontrado una fórmula para cumplir la inhabilitación sin desobedecer la sentencia judicial.
¿Como ve el futuro del proceso independentista en Catalunya? ¿Cree que el proceso ha quedado atascado?
Hace muchos años que oímos decir a nuestros adversarios políticos, al unionismo en general, que el movimiento independentista en Catalunya es artificial, un soufflé. Todavía hay gente que confunde deseos con realidades. Creo que tenemos que recuperar el orgullo y dejarnos de tanta autoflagelación. No hace ni un año que revalidamos una mayoría al Parlament de Catalunya en unas elecciones convocadas por el gobierno español con el único objetivo de hacernos perder esta mayoría. Tenemos un país que responde, que está determinado. Nunca habíamos llegado tan lejos como lo hemos hecho ahora. No podemos pensar que el encarcelamiento y el exilio de muchos líderes políticos no tendría ningún efecto. ¿Quiere decir eso que lo estamos haciendo todo bien? Es evidente que no, pero mantenemos la fuerza de la gente y ahora hace falta que desde los partidos soberanistas definamos una estrategia conjunta que nos permita seguir avanzando.
¿Se equivocó el Govern con la respuesta al resultado del 1-O? La consellera Ponsatí ha llegado a decir que iban de farol...
Yo nunca lo habría dicho. Menos todavía cuando hay personas en la prisión y en el exilio.
Se hizo lo que tocaba y lo que se podía hacer
¿Cuándo mira atrás, después de estos meses, qué se tendría que haber hecho diferente?
A pelota pasada es muy fácil decir "yo eso no lo hubiera hecho". Se hizo lo que tocaba y lo que se podía hacer. Hemos avanzado y ahora hay que preguntarse qué hacemos para seguir avanzando.
Sin las muestras de apoyo y la fuerza que se nos transmite, nos sería muy difícil seguir y mantenernos firmes
¿Oyen las manifestaciones a las puertas de Lledoners, acciones como la de JoanBonanit? ¿Qué piensan?
Primero de todo quiero expresar mi agradecimiento. Sin estas muestras de apoyo, sin toda esta fuerza que se nos transmite, nos sería muy difícil seguir y mantenernos firmes. Si nuestras convicciones se mantienen intactas es gracias a todos los actos que se hacen por toda Catalunya, a las cartas que recibimos. Oímos a la gente que se manifiesta en Lledoners. Oímos sus cantos y sus gritos de Llibertat, oímos a JoanBonanit. Nos emocionan y nos recuerdan cada día, que no estamos solos.