"Catalunya encuentra y encontrará poca comprensión en el conjunto del Estado. Encontrará apoyo sólo para aquello que indefectiblemente tienen que darnos porque de lo contrario habría un grave perjuicio general. Y ahora España está nuevamente orientada hacia la gradual pero fuerte residualización de Catalunya". Es el diagnóstico que hacía al expresident de la Generalitat Jordi Pujol en un escrito de abril del año pasado que considera plenamente vigente y que ha publicado este miércoles, después de la Diada, en el blog de la Associació Serviol con el título "Sobre idiosincrasias i valors a l'Estat Espanyol. Difícils d'encaixar".

Ante esta situación, Pujol entiende que "sólo será útil una actitud y una acción potentes de afirmación catalana". Así, argumenta: "El camino está cerrado. No sabemos cómo irán las cosas de aquí a seis meses o cuatro años. Lo que ahora sí que sabemos es que sólo será útil una actitud y una acción potentes y persistentes de afirmación catalana. Potentes y lo bastante inclusivas. Audaces y al mismo tiempo lo bastante hábiles, pacíficas y democráticas, lo bastante sólidas y persistentes. Sin eso a Catalunya nadie le hará ninguna concesión. Ningún caso. Sin eso no se abrirá ni una rendija. Sólo si el acto de afirmación catalán es potente, las cosas pueden cambiar", afirma.

Previamente, Pujol hace un recorrido en el escrito sobre las diferentes "idiosincrasias" de algunos territorios del Estado desde la perspectiva histórica, incluyendo a Catalunya y en relación con Catalunya.

Catalunya: "(...) el éxito económico y social que Catalunya había ido forjando (...) no se valoraba sólo positivamente, sino también negativamente. Porque se consideraba una manifestación de materialismo. En cambio, entre nosotros producía un cierto sentimiento de autosatisfacción y de suficiencia que nos hacía al mismo tiempo envidiados y antipáticos"

"Hay que añadir a eso el hecho determinante de la lengua y del fuerte sentido de personalidad propia que eso da. Propia, de personalidad nacional. La lengua es un hecho primordial de la personalidad de Catalunya. De difícil aceptación en el conjunto del Estado"

Castilla: "Castilla tiene motivos para el orgullo. (...) Es erróneo, contraproducente, injusto y poco inteligente no valorar la aportación que Castilla ha hecho al Mundo. Pero eso no le da derecho a la arrogancia ni al rechazo."

Andalucía: "Hay un hecho incontrovertible que es el gran progreso que ha habido en Andalucía durante los últimos 40-50 años con mucho apoyo de la Administración española y muy beneficiada por las ayudas europeas, pero con eso solo no sería suficiente. (...)

País Vasco: "Se entiende que la reivindicación independentista haya pasado a segundo término. De hecho disponen de un marco político y financiero que les permite fortalecer su identidad y practicar una política social y económica adecuada a lo que el país es y quiere ser".