El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha sometido su comparecencia al Congreso de los Diputados, donde había sido invitado por el Gobierno español para explicar el referéndum, a un acuerdo previo entre los dos gobiernos porsu celebración.

El presidente está dispuesto a negociar, pero por ahora no ha aceptado la invitación de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Eso sí, en caso de que se llegara a un acuerdo, entonces el gobierno catalán apuesta para que sea sometido a votación a la cámara española y el Parlament de Catalunya.

Puigdemont lo ha anunciado en una rueda de prensa previa al acto central de esta tarde del Pacte Nacional pel Referéndum que se ha celebrado en el Palau de Congressos de Catalunya. Precisamente, ha sido con la entidad soberanista con quien Puigemont ha querido cerrar filas. El Pacte pel Referéndum, liderado por Joan Ignasi Elena, también protagonizará el acto del lunes y, tal y como ha asegurado el presidente, cuenta con el aval de "cientos de miles" de ciudadanos y con el del Parlament.

Así pues, el presidente catalán mantiene su conferencia prevista en el Ayuntamiento de Madrid, donde junto con Oriol Junqueras y Raül Romeva, hará pública una última propuesta para el gobierno español. En este sentido, el presidente ha celebrado el "cambio de tono y de terminología" y el hecho que se reconozca la posibilidad de un referéndum de autodeterminación en Catalunya.

Retirada de querellas de la Mesa

Por su parte, el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, ha reiterado la invitación hacia el gobierno de Rajoy para que asista al acto del lunes. Junqueras también ha instado al ejecutivo a que se retiren las querellas contra los miembros de la Mesa para permitir el debate y votación "de la misma cuestión que hoy han debatido en el Consejo de Ministros", en referencia a la reunión previa a la comparecencia y propuesta de la vicepresidenta española.

Esta ha sido la respuesta del gobierno catalán a la propuesta de Soraya Sáenz de Santamaría que intentaba contraprogramar y evitar la conferencia de la semana que viene. La de hoy, sin embargo, no era la primera vez que el Estado recurría a esta propuesta, sino que la cámara baja ya rechazó una consulta no vinculante planteada por el Parlament que acabó desembocando en el proceso participativo del 9-N.