Después de una reunión de ayer entre el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el presidente español en funciones, Mariano Rajoy, en la que todo acabó de la misma manera que empezó, sin sorpresas, Puigdemont ha reconocido hoy en El Matí de Catalunya Ràdio que "en algunos momentos tuve la sensación que daba de periodista durante la conversación con Rajoy" por la cantidad de preguntas que le hizo y el rato que duró la conversación.

"El Estado no ha abierto ni media ventana para iniciar la vía de la negociación", extrajo de su entrevista con el presidente en funciones, y ha reiterado su objetivo de salir adelante con el procés. Puigdemont ha explicado que si ayer llevó 46 propuestas a Rajoy, en lugar de las 23 de Artur Mas, es porque "el tiempo que pasa sin tomar decisiones, tiene un coste para los ciudadanos" y, por eso, "no dejaremos de "exigir".

Eso sí. Ha dejado claro que no habrá otra lista con 69 puntos, aunque ha mostrado su disposición a volver a pedir hora" a Rajoy. El president ha puesto de manifiesto que en todas las reuniones que ha mantenido con los líderes políticos españoles ha visto "voluntad de escuchar mucho" y "confianza con todo el mundo". "Es la primera vez que un presidente español recibe a un presidente independentista votado por el Parlament", se ha contentado. 

Ahora bien. Puigdemont se ha lamentado de la "curiosa unanimidad a no abrir ninguna puerta a resolver el conflicto Catalunya-España por la vía democrática", aunque Pablo Iglesias ratificara su compromiso "nítido e inequívoco" con la celebración de una consulta por la autodeterminación. "No puedo poner a todo el mundo en el mismo saco", ha reconocido. 

Modo campaña on

Después de la reunión de ayer con Rajoy, Puigdemont ha puesto sobre la mesa que ha visto con claridad que "estamos en modo campaña" y ha cargado contra los partidos españoles porque "no han sabido gestionar la complejidad, a diferencia de lo que hemos hecho aquí" y esta "mala gestión de la complejidad política española", la tendrá que "pagar" la ciudadanía.

Sin embargo, a pesar de tener bastante claro que habrá nuevos comicios, el president del Govern no ha descartado la posibilidad de un pacto en terreno español porque "yo soy el último que tendría que perder la esperanza de que haya un acuerdo a última hora".

También ha expuesto su visión sobre la situación asegurando que si la política española no se encamina hacia "una gran coalición", el resultado de las elecciones dejará "un escenario muy similar" y "sería imperdonable ir a una tercera ronda de elecciones". 

Por eso, mientras tanto, Puigdemont ha explicado que pidió a Rajoy que "no abuse de la facultad del Gobierno para anular decretos de la Generalitat" y ha asegurado que el presidente español en funciones "se comprometió a mirárselo".

Reclamar los euros de la 'infrafinanciación'

El president ha querido dejar claro que "no dejaremos de reclamar cada uno de los euros a los cuales tenemos derecho" y ha explicado que Rajoy no le concretó la cifra del techo de déficit porque "no era la que nosotros íbamos" a "pedir", aunque sí que le dijo que lo subirían algunas décimas. "Es evidente que la flexibilización del déficit que, de manera graciosa el Gobierno nos da, no es la que esperamos", se ha lamentado. 

La incertidumbre, sin embargo, de que el ministro de Hacienda en funciones, Cristóbal Montoro, "un día nos diga que nos descuenten la deuda que no hemos cumplido", comporta un "riesgo" que preocupa al Govern. Puigdemont ha cargado así contra Montoro "por haber puesto la directa" y "amenazarnos con medidas cautelares".

"Nunca nos regalan nada, ni cumplen los acuerdos", ha recordado, y ha cuestionado si es necesario "asfixiar más a los ciudadanos de Catalunya cuando sabemos que el problema no lo tenemos aquí".

La respuesta es clara: "No podemos asfixiar más la ciudadanía por un gobierno que nos infrafinancia". Por eso ha precisado que "no dejaremos de pagar ninguna nómina" porque "sería una frivolidad del Gobierno español y estaría perseguido internacionalmente".