El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha explicado en una entrevista concedida a la revista Vanity Fair que estaría dispuesto a ir a prisión por haber convocado el referéndum sobre la independencia de Catalunya que prevé para septiembre del 2017. A pesar de asumir este riesgo y advertir que no piensa "renunciar al compromiso con los ciudadanos", el president avisa de que si eso llegara a pasar "sería una barbaridad democrática inexplicable".

En la misma entrevista, hecha un día después del debate de la cuestión de confianza a pesar de publicarse esta semana, Puigdemont afirma tajante que no se presentará a las próximas elecciones catalanas como candidato a la presidencia de la Generalitat. Tanto es así, que al ser insistido por el periodista, el president replica: "¡Que no me presentaré, caramba!".

En la entrevista –donde también hablan de él algunos amigos como el periodista Xevi Xirgo, el expresidente del Barça Joan Laporta, o el exdiputado del PSC en el Congreso Àlex Sáez– el president de la Generalitat afianza su total convicción en el beneficio para el Estado y para Catalunya de poder pactar el referéndum y los términos que lo rodean. Más allá de eso, sin embargo, Puigdemont insiste que "en democracia los ciudadanos siempre están por encima" de las leyes y que, por lo tanto, el referéndum será celebrado digan lo que digan desde el Estado y las normas españolas.

Posibilidad de boicot

Con respecto a los detalles de la convocatoria, el president de nuevo evita pronunciarse sobre cuál tendría que ser el porcentaje de participación que daría validez al resultado. "No sería inteligente fijarlo porque daría alas a la posibilidad de un boicot", asegura, a pesar de matizar que "es evidente que si hay una participación del 20%, aunque salga un 100% a favor de la independencia, no nos sentiremos legitimados para hacer nada". "Habríamos perdido", concluye.

Preguntado por la estabilidad parlamentaria con la CUP, el president se muestra seguro de poder continuar la alianza independentista y sacar adelante los presupuestos y la hoja de ruta. Además, asegura que no ve mal teniendo un Gobierno que parlamentariamente se sustenta en la coalición de JxSí y en un partido como la CUP. "Estoy más cómodo cuando mi partido pactaba con el PP, el partido de la corrupción," lanza.

Durante la entrevista, la revista pregunta al president por los casos de presunta corrupción que rodean la antigua CDC y algunos de sus exdirigentes. "Si alguien ha hecho alguna cosa ilícito o ilegal, que pague. Sea o no de mi partido", sentencia. Con todo, ante el caso del extesorero de CDC, Andreu Viloca, Puigdemont niega que sea comparable con el de José Luís Bárcenas, que ocupó el mismo cargo en el PP. "Ni ha borrado ordenadores, ni ha pagado nada a nadie, ni hemos tenido un sistema de distribución y blanqueo. Ni él ni ninguno de nosotros se ha lucrado; nadie aquí se ha comprado yates, motos, apartamentos en la Cerdanya, ni conduce vehículos de alta gama", ha afirmado.

Los Pujol, al margen de Convergència

Hablando más concretamente de los problemas con la justicia que están teniendo el expresident Jordi Pujol y su familia, Puigdemont asegura tajante que "si alguien ha cobrado comisiones ilegales a CDC, que rinda cuentas por eso", y se limita a explicar que el posible enriquecimiento ilícito de los Pujol "no tiene nada que ver con el partido". "Lo que haya hecho su familia, son negocios al margen de Convergència y de la política", comenta.

Además, recuerda que sólo Oriol Pujol estuvo en la dirección de CDC después de su padre y afirma que "una cosa es si es moralmente reprobable que el president de la Generalitat no declarara unas cuentas y otra son sus asuntos familiares". "Espero que si han hecho alguna cosa mal, la paguen. Sin ninguna excepción. No los tengo que defender, pero tampoco tengo que condenarlos por una cosa que no tenga nada ver ni con mi partido ni con Catalunya", concluye Puigdemont.