Cuando la "judicialización de la política" aparece por la puerta, los partidos que creen en el derecho a decidir olvidan las diferencias y se unen para dar apoyo a un adversario político. El acto de protesta en defensa del exconseller de la Presidència y diputado del PDECat, Francesc Homs, ha supuesto un clamor unánime del soberanismo catalán y del Estado español, horas antes de que el Congreso apruebe el suplicatorio para que el Tribunal Supremo juzgue a Homs por el 9-N. La idea de fondo es que el Estado incurre en una "vergüenza democrática" que cuestiona el camino del presunto diálogo que la Moncloa quiere emprender con la Generalitat de ahora en adelante.

El president Carles Puigdemont ha sido el último en hablar y ha reprobado que el PSOE y el PSC voten de acuerdo con el suplicatorio, para denunciar que la "coalición gubernamental constitucionalista" de PP, PSOE y C's complica las relaciones con Catalunya, y demuestra que la oferta del presidente Mariano Rajoy para hablar es "gesticulación". El argumento de Puigdemont es que esta "página vergonzante" de la historia pone la democracia en peligro, si el Congreso permite juzgar a uno de sus miembros por cumplir un compromiso electoral. "Eso es la democracia, por muy extraterrestre que suene", ha cerrado, con un "hasta pronto".

El expresident Artur Mas ha sido el primero en pronunciarse y ha evitado en todo momento citar su investigación también por el 9-N. Se ha centrado en el exconseller y la decisión que los diputados tomarán. "Es un sinsentido, y una sinrazón. Son una vergüenza para España entera. A Homs no se le juzga por desobediencia, ni prevaricación, se le juzga por defender una idea pacífica con amplios apoyos de los ciudadanos. Pedimos decencia y dignidad", ha dicho el expresident Mas. Según él, se está cometiendo un "acto flagrante de injusticia", donde es "digno" a ojos del PSOE y el PSC hacer presidente a Mariano Rajoy pero no escuchar a las urnas.

El vicepresident y conseller d'Economia, Oriol Junqueras, también ha tirado de recursos comparativos para expresar las contradicciones que muchos de los asistentes ven en el suplicatorio. "Es una sinrazón que el juez Santiago Vidal sea inhabilitado mientras se le pone una alfombra a Daniel De Alfonso" –exdirector de la Oficina Antifrau, que participó en la Operación Catalunya con el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz. Por eso, Junqueras ha recordado que Fernández Díaz preside una comisión, mientras que la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha sido citada a declarar.

Por alusiones, aunque ha hablado antes, el exjuez Vidal ha resaltado la unidad de los allí presentes, el día después de que el Tribunal Supremo lo suspendiera de sus funciones por tres años. "Por mucho que nos amenacen, nos inhabiliten, estamos unidos. Hoy el Estado tiene que hacerse una pregunta, y ésta no es si hay separación de poderes en España, sino si hay verdadera separación de la democracia respecto de la ciudadanía", ha dicho.

A su vez, el diputado Lluís Llach ha querido recordar a la vicepresidenta Joana Ortega, a la exconsellera Irene Rigau, y al mismo Mas, así como a la presidenta Forcadell también encausados por el procés soberanista. "Forcadell es perseguida por dejar que un Parlamento debata lo que sus debates contemplan necesario", ha ejemplarizado. Aquí ha avisado de que su generación había vivido el franquismo y sabía que la ley "no es sinónimo de justicia" siempre, porqué las dictaduras también tienen ley. Finalmente, ha resaltado la "baja calidad democrática en las instituciones españolas, cuando se utiliza a los tribunales como "utensilios de hacer política".

Por el lado de los partidos de fuera de Catalunya, el clamor no ha distado de las demandas catalanas. Los vascos EH Bildu, Marian Beitialarrangoitia, y PNV, Aitor Esteban, han ofrecido su apoyo "al sentir de la mayoría de la población catalana". "El Estado no cree en la democracia. Añora su época colonial, y así es como trata tanto a Catalunya como a Euskalherria, y así ha tratado a la periferia siempre", ha dicho Beitialarrangoitia. Al respecto, Esteban ha añadido que si había un suplicatorio "que se tuviera que detener", era el de Homs. "Se pretende cambiar la composición de la cámara", ha denunciado ante los presentes.

Desde de la formación morada, Auxiliadora Honorato (Podemos), Marcelo Expósito (En Comú Podem) y Alexandra Fernández (En Marea) igualmente han defendido su apuesta por el derecho a decidir y la contrariedad con que este suplicatorio saliera adelante. "No es un acto, es una manera de hacer política del Partido Popular", ha dicho Fernández. "La cuestión política de fondo es que una parte importante de la sociedad catalana hace tiempo que pide ejercer su derecho a decidir," ha dicho Expósito, considerando que el problema actual respondía a una demanda que no se ha abordado antes por parte del PP y Rajoy.