Carles Puigdemont ha reiterado este miércoles su "preocupación" ante los resultados del informe PISA 2022, que sitúa al alumnado catalán por debajo de la media de España y de los países del OCDE. El presidente en el exilio ha asegurado que este amargo panorama no solo tiene lugar en Catalunya, sino "por toda Europa". "Las desigualdades sociales tienen un impacto directo en el nivel de educación y no podremos superar este desafío si no lo abordamos de manera integral", ha subrayado en un mensaje a través de las redes sociales. En este sentido, ha pedido asumir y exigir "responsabilidad a todo el mundo" para revertir la situación: "Basta de distraerse", ha añadido.

En el tuit, Puigdemont ha compartido dos imágenes de las portadas de los medios franceses Le Monde y Le Soir, que han abierto este miércoles con los malos resultados de las pruebas PISA en Francia, evidenciando la preocupación existente en toda Europa. "Matemáticas: una brusca caída de nivel" y "Los alumnos francófonos carecen de confianza consigo mismos", titulan los dos diarios.

Precisamente en Francia, el gobierno ya ha anunciado una serie de medidas en respuesta a la bajada de las calificaciones de PISA en matemáticas y en comprensión lectora. Según ha explicado el ministro de Educación francés, se crearán grupos de nivel para los alumnos de secundaria, en función de su nivel en lengua y matemáticas. Un plan que se empezará a aplicar el próximo curso escolar, es decir el 2024-2025, con el alumnado de sexto y quinto de secundaria (11-13 años), y se ampliará a las clases de cuarto y tercero en el curso 2025-2026.

Puigdemont ya se mostró alarmado este martes, día que se hicieron públicos los resultados de las pruebas PISA. Según muestra el informe, Catalunya ha obtenido 469 puntos en competencia matemática, la puntuación más baja desde el 2006. Con respecto al ámbito científico, también se ha alcanzado el peor dato desde el 2003, con 477 puntos. En el caso de comprensión lectora, las cifras tampoco mejoran, registrando de nuevo el peor dato desde el 2006, y situando a Catalunya en las últimas posiciones del Estado con 462 puntos.

El presidente en el exilio advirtió que estos resultados demuestran "un problema alarmante" y que se tiene que "impedir urgentemente que se convierta en estructural". "Nos va el país y el modelo de sociedad construido durante generaciones", subrayó. Asimismo, el presidente señaló "demasiados años de debates mal enfocados, y una política poco competente y acomplejada". "La alarma se ha encendido. ¡No hagamos ver que llueve!", alertó.