El presidente en el exilio, Carles Puigdemont se ha mostrado muy desencantado con lo que algunos consideran los últimos movimientos del Gobierno con el independentismo, como la tramitación de los indultos o el anuncio de reforma del delito de sedición, que cambiaría la situación de los presos políticos. En una entrevista este lunes en RN4, el líder de JxCat ha explicado que considera que, de momento, sólo se trata de "promesas y palabras", y ha puesto en duda que finalmente todas estas propuestas se acaben materializando.

"La táctica de Madrid es la misma de siempre: prometer. Pero hoy por hoy, la tramitación de los indultos sólo es un trámite que se tenía que hacer... y veremos cómo acaba la reforma del Código Penal. Sólo generan expectativas", ha lamentado. En este sentido, ha indicado que la estrategia de su formación en Madrid será no colaborar en "gestos vacíos" que "sólo sirvan para distraer el independentismo".

 

 

A la espera del Supremo

En esta misma línea, Puigdemont ha lamentado que tres años después del 1-O, el Estado siga respondiendo el independentismo con la misma táctica: la represión. La inminente posible inhabilitación del presidente de la Generalitat, Quim Torra, por parte del Supremo demuestra, a su entender, que "España no tiene ninguna solución por Catalunya" y tiene que recurrir a un "poder judicial carcomido".

Por eso, el presidente ha hecho un llamamiento a no normalizar la "anormalidad democrática de España", que ha ilustrado con dos ejemplos: que el Gobierno y el poder judicial hayan pactado la fecha de la sentencia y que la prensa filtre la decisión.

"Torra será el último al enterarse de la sentencia. En España se filtra todo, y eso es una anomalía democrática. Nosotros no sabemos nada, pero sabemos que se ha jugado políticamente con la fecha. La justicia ha hablado con el Gobierno para intentar hablar cuando tiene que salir la sentencia para que no coincidiera con un acto a Catalunya donde tenía que asistir a Felipe VI. Es una vergüenza", ha dicho.