El president de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, y el exconseller de Cultura en el exilio, Lluís Puig, han cargado contra el Tribunal Supremo después de que haya confirmado la sentencia dictada por la Audiencia de Huesca que condenó al Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) a restituir a la sala capitular del monasterio de Vilanova de Sijena (Huesca) las pinturas murales de allí extraídas. Tanto Puigdemont como Lluís Puig, los dos en el exilio, han advertido del riesgo de estropear las pinturas cuando se trasladen de Barcelona hacia Villanueva de Sijena. "Es una sentencia que no se puede ejecutar sin poner las pinturas en un riesgo muy alto de destrucción. Todos los expertos de todo el mundo lo advierten. Es un despropósito", ha dicho el líder de Junts per Catalunya.

Lluís Puig, que también es diputado de Junts en el Parlament, ha denunciado que este hecho "provocará unos daños irreversibles a una parte del patrimonio cultural catalán de un valor incalculable", y ha dicho que "los culpables de todo eso algún día tendrán que ajustar las cuentas". En unas declaraciones distribuidas por Junts, Lluís Puig ha criticado que ha sido un "caso politizado desde los inicios" y que "todas las resoluciones han sido a favor de Aragón". El exconseller ha expresado preocupación porque "lo que hasta ahora se ha podido visitar de manera abierta y pública, abierta a todo el mundo, pueda ahora tener un deterioro muy grande que lo haga irreversible".

Borràs tilda el caso de "lawfare artístico"

La también exconsellera de Cultura y expresidenta del Parlament de Catalunya, Laura Borràs, ha cuestionado la decisión, que ha descrito como un caso de "lawfare artístico" y "una forma más de la catalanofobia". Laura Borràs lo ha considerado "catalanofobia institucional y premeditada", y un "atentado contra el arte". En un mensaje a X, la también exconsellera de Cultura ha lamentado que "todo se vale contra Catalunya; venganza, barbarie y destrucción".