El primer viaje oficial de Carles Puigdemont desde que es presidente del Govern se cierra con polémica. Desde el Parlamento europeo se explicó que el ejecutivo catalán quiso concertar una reunión con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, aprovechando la estancia en Bruselas, pero que el encuentro fue rehusado, en principio, por cuestiones de agenda. Acto seguido, fuentes del Parlamento europeo citadas por Europa Press, aseguraron que también se intentó concertar una cita con el presidente de la eurocámara, Martin Schulz, y que igualmente se descartó con el mismo argumento: la agenda. Eso pasaba después de que Puigdemont asegurara que no se había reunido con responsables europeos porque este no era el objetivo del viaje.

Por la mañana, la portavoz del Ejecutivo comunitario, Mina Andreeva, explicó en rueda de prensa que el encuentro con Junckers había sido solicitado pero "desafortunadamente la agenda para este lunes del presidente Juncker no permite esta reunión". Esta fue la misma respuesta que habría recibido el equipo del president cuando quiso cerrar una cita con Schulz, según fuentes de la eurocámara.

Peticiones formales

Puigdemont había justificado previamente la falta de reuniones con altos cargos de la UE con el argumento que este "no era el objetivo del viaje". No sólo eso, el president aseguró que estas reuniones "cuando tenga interés en hablar, se producirá lo que se tenga que producir" porque el interés será no sólo catalán sino de las dos partes.

No obstante, el Govern ha tenido que admitir posteriormente que su representante permanente ante de la UE, Amadeu Altafaj, había hecho llegar correos a los responsables de la Comisión y del Parlamento informándolos de la presencia del president en Bruselas por si se consideraba conveniente celebrar un encuentro. Estos correos, que desde Presidencia se consideran como habituales y no como peticiones formales de reuniones, serían lo que en las instituciones europeas sí se han visto como demandas con todos los requisitos.

Mentir

Esta situación ha provocado que el eurodiputado del PP Santiago Fisas haya acusado al president de “mentir” y lo haya emplazado a aclarar si pidió o no la cita, mientras el coordinador general del PP, Xavier Garcia Albiol, ha exigido explicaciones por lo que describe como “inadmisible espectáculo y ridículo a escala internacional” ante la imposibilidad de cerrar una reunión con Junckers, lo cual tilda de “despropósito y situación esperpéntica”.

El expresidente Artur Mas, de su lado, ha atribuido los motivos de agenda que han argumentado los responsables de las instituciones europeas para no recibir Puigdemont a las "presiones de mala manera" del Gobierno español.