El presidente de la Generalitat Carles Puigdemont confía en una abstención de la CUP que permita la investidura del diputado de Juntos por Catalunya, Quim Torra. En una entrevista en el diario El Punt Avui Puigdemont espera que los cupaires "mantengan la coherencia". "La CUP se abstuvo ya cuando el candidato era Jordi Turull (...) Siempre han dicho que no era un problema de nombres, y confío en su palabra", ha dicho.

El presidente no ha querido aventurar un escenario de nuevas elecciones y ha recordado a "todos aquellos" que no las quieren que ahora tienen una "oportunidad magnífica para demostrar que eso no era un eslogan para presionarnos sino que estaban diciendo la verdad a sus electores".

En la entrevista Puigdemont ha esquivado las preguntas sobre si Quim Torra será un "presidente teledirigido". En este sentido ha señalado que "el que ha sido teledirigida todo este tiempo es Catalunya desde el 155, gobernado desde Madrid", y ha calificado de "grotesco" que los que han dirigido Catalunya teniendo sólo 4 diputados piensen que un presidente como Quim Torra no será capaz de impedir que continúe esta teledirección desde Madrid". Repreguntado sobre si Torra recibirá órdenes directas suyas, el presidente ha estribillo que "todos los presidentes están a las órdenes del Parlamento" y ha puntualizado que el presidente Mas no le dio "nunca ningún orden".

El presidente de la Generalitat ha alabado la figura de Quim Torra de quien ha dicho que es una persona en la que "confluyen muchas características que procede el momento histórico que vive el país". Cree que con él se asegura que la presidencia del gobierno catalán "sea fiel al mandato del 1 de octubre y al voto del 21 de diciembre". Considera que tiene "una sobrada preparación" a todos los niveles y un "talante afable" que favorece "el diálogo".

Sobre aquellos que la han calificado de talibán, presidente títere, sectario o hombre de paja, Puigdemont considera que "todos estos adjetivos los habrían usado en el caso de otros candidatos". Le parece "una lástima" que descalifiquen alguien "sin ni haber oído aún su discurso de investidura ni escuchar su programa de gobierno". Según dice "esta actitud explica muchos de los problemas que tiene España, donde el nacionalismo clásico, el de siempre, se ha asegurado el control de todos los resortes del Estado".

Puigdemont ha vivido la primera sesión de investidura desde la distancia, desde Berlín, y también vivirá desde allí la segunda. Confiesa que vive "el relevo con mucha emoción ya la vez con preocupación por los que están en prisión o en el exilio".

Relación estrecha entre el gobierno y el exilio

Puigdemont ha asegurado que la relación entre el futuro gobierno de Torra y el gobierno en el exilio será "toda la relación que sea necesario, que es mucha. Como la que debe haber entre el Gobierno y la ciudadanía", ha dicho.

El presidente espera un cambio de actitud de España aunque no se puede pecar "de ingenuos". Afirma que Cataluña se ha convertido ya en un caso europeo y mundial y que eso les juega a favor. "El Estado sabe que la están observando con mucha atención desde muchos lugares", explicó.