Siempre pueden alinearse los astros, pero es prácticamente seguro que el ganador de las elecciones en Euskadi del 21 de abril será un partido soberanista: PNV o Bildu. La contienda está ajustadísima, porque las diferentes encuestas no se ponen de acuerdo sobre a quién colocar por delante del otro. En los barómetros solo hay unanimidad en dos aspectos: quien quede segundo le pisará los talones al primero, y el PSE será la tercera fuerza de aquellos comicios. Eso significa que la sucursal vasca del partido de Pedro Sánchez puede ser necesaria cuando se tenga que escoger quién tiene el poder en Euskadi durante los próximos cuatro años. Y resulta que los dos potenciales ganadores de los comicios mantienen en pie al líder del PSOE en la Moncloa.

 

Un resumen rápido para entender el futuro juego de alianzas una vez las urnas ya se hayan escrutado: en el País Vasco no hace falta tener mayoría absoluta para ser investido lehendakari. Funciona prácticamente igual que en la elección de un alcalde en un ayuntamiento, así que el candidato que recibe más votos en el Pleno se convierte en presidente vasco. El segundo aspecto a tener en cuenta es que, haciendo una media de las distintas encuestas publicadas hasta ahora, se calcula que PNV y Bildu pueden empatar en torno a los 28 escaños, que el PSE conseguiría 11; el PP, 7; y Sumar, 1. Se trata de una cámara de 75 diputados, en la que se consigue la mayoría absoluta con 38 escaños.

La lehendakaritza para Bildu, prácticamente imposible

El candidato del PSE, Eneko Andueza, ya dejó claro desde el inicio de la campaña que en ningún caso pactarían con Bildu. El PNV se ha pronunciado de la misma manera. Así que, dada por buena esta premisa, el abertzale Pello Otxandiano solo podría aspirar a ser investido lehendakari con los apoyos del espacio Podemos/Sumar, de quien se espera un resultado desastroso y se pone en duda que consigan tener representación en el parlamento vasco.

Pero, en todo caso, PNV, PSE y PP tienen experiencia en Euskadi poniéndose de acuerdo para evitar que Bildu llegue al poder. Nada indica que el apoyo de los populares acabe siendo determinante. Porque una suma de PNV y PSE sería muy superior a la fuerza que pudieran conseguir los abertzales. ¿Y sin los socialistas? Si los jeltzales consiguen finalmente sacar un buen resultado y situarse holgadamente por delante de Bildu, puede producirse que el PSE no sea decisivo, y que la formación de Imanol Pradales no tenga que buscar ningún apoyo externo. Es decir, puede producirse un escenario en que el PSE ni siquiera se tenga que mojar, y que ya le vaya bien situarse fuera del ejecutivo, con el fin de recuperar el estandarte progresista, ahora en manos de Bildu.

Todavía es una incógnita, pues, cuál puede acabar siendo el papel de los socialistas vascos después de las elecciones. Eso no quita que la repetición del matrimonio PNV+PSE se dé por hecha. Aunque sean partidos bastante alejados ideológicamente, es una alianza de conveniencia porque garantiza la estabilidad tanto en Vitoria como en Madrid. A los jeltzales, mucho más afines al PP con respecto al eje izquierda-derecha, no les costaría tanto dejar plantado a Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados como a Bildu, una formación que no tardó nada en garantizar su apoyo al PSOE después de las elecciones del 23-J. A Sánchez le interesa más estar casado con Andoni Ortuzar que con Arnaldo Otegi.

Un potencial cambio de ciclo en el País Vasco

Todas las quinielas, pues, apuntan que los jeltzales mantendrán la lehendakaritza en sus manos. Ahora bien, las elecciones las puede ganar Bildu. Por mucho que el futuro inquilino de Ajuria Enea siga teniendo carné del PNV, puede producirse un cambio de ciclo político en el País Vasco: la izquierda abertzale convirtiéndose en la primera fuerza política.

En las pasadas elecciones generales, ambas formaciones quedaron prácticamente empatadas en el País Vasco (24% de los votos para el PNV y 23,9% para Bildu; aunque los segundos acabaron obteniendo más votos y más escaños en total porque también se presentaron en Navarra). Dos meses antes, en las elecciones municipales del 28-M, el PNV superó a Bildu en número de votos (323.124 contra 297.154), pero los abertzales consiguieron más concejales que el partido históricamente hegemónico en Euskadi (1.052 contra 983).

Caras nuevas

Una de las peculiaridades de estas elecciones es la cantidad de caras nuevas que aparecen en las distintas candidaturas. PNV, Bildu, PSE y PP tienen candidatos nuevos en estos comicios. Solo repiten Podemos y Vox. Fueron noticia las decisiones de Andoni Ortuzar de relevar a Iñigo Urkullu como candidato de los jeltzales a la lehendakaritza; y de Arnaldo Otegi de no encabezar la lista de Bildu. Ambas formaciones han cedido el liderazgo de las candidaturas a Imanol Pradales y Pello Otxandiano, respectivamente. El popular Carlos Iturgaiz ha sido sustituido por Javier de Andrés; y la socialista Idoia Mendía ha sido relevada por Eneko Andueza.