La polémica sobre la nueva ley del audiovisual ya se remonta en otoño y se cerró a principios de diciembre, con un acuerdo que parecía contentar todas las partes, también Esquerra, con la apuesta de este sector por las lenguas consideradas cooficiales en el Estado: el catalán pero también el gallego, el vasco o el aranés. La misma Academia de Cine Catalán celebraba que con ella se podrían sacar adelante muchas más producciones en catalán, pero el giro y la nueva confrontación entre republicanos y PSOE, ha llevado a sacar adelante una ley que no cuenta con su principal promotor: Esquerra y especialmente su diputado en el Congreso, Gabriel Rufián.

Ahora, son las mismas ministras del gobierno de Pedro Sánchez que se alaban del nuevo acuerdo y subrayan el gran beneficio que aportará todo y que bien lejos del propósito inicial ligado a las lenguas: "Lo más importante con esta ley es que demostramos, una vez más, todo el apoyo que tiene el cine en este país. Han podido conocer el redactado de la ley y hay una importancia clave para los productores independientes, es un paso adelante muy importante", ha subrayado la ministra de Educación, Pilar Alegría, en el programa La Hora de TVE.

Similares declaraciones ha dado la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía y Transformación Digital, Nadia Calviño: "Impulsaremos la inmersión, puede atraer inversión extranjera y también la producción independiente", en declaraciones a Catalunya Ràdio. Ni una palabra sobre el catalán u otras lenguas minoritarias en el Estado. El texto seguirá ahora su tramitación en el Senado, donde Calviño espera que la ley gane nuevos apoyos y ha criticado que "ERC decidiera cambiar el sentido del voto en el último minuto."

La hemeroteca de Rufián

PSOE y ERC tensan las relaciones en las últimas horas. El pasado mes de octubre, el mismo Rufián admitía que esta ley sólo saldría adelante con el apoyo de su partido. El desenlace ha acabado siendo inversamente contrario. También entonces, el diputado de Esquerra añadía: "Muy orgulloso de formar parte de un partido que consigue que las cosas pasen. Cueste lo que cueste y moleste a quién moleste".

Cinco meses después esta ley se aprobó ayer tarde en el Congreso con el voto en contra del republicanos y gracias a la abstención de PP y Ciudadanos, pero también la abstención de Podemos, que por primera vez en esta legislatura no apoya a un proyecto del gobierno. La razón ha sido la enmienda técnica introducida al texto por el PSOE, con el apoyo de populares y Cs, que ha cambiado la definición de lo que se considera como productor independiente, y que ha puesto el sector en pie de guerra pero también a los socios del gobierno. El texto se ha aprobado finalmente con 131 abstenciones, más que los votos a favor, que han sumado 130, esencialmente de PSOE y PNV, y 83 votos en contra, donde se han encontrado, desde de ERC, EH Bildu y Compromís, hasta Vox.