La incorporación del PSC en el gobierno de Barcelona se alarga, aunque desde Barcelona en Comú lo den prácticamente por hecho. Aunque el líder socialista Jaume Collboni aseguró el miércoles que los presupuestos están “bien enfocados” y que puede acabar habiendo entendida en este campo, fuentes de la formación consultadas por El Nacional se mantienen cautas sobre que la consecuencia inmediata de la cual sea entrar en el ejecutivo de Ada Colau.

El PSC quiere ir poco a poco. Si hace unas semanas explicaban a este diario que el acuerdo de gobierno tendría que estar listo “como máximo” a principios de mayo, todo parece indicar que rebasará la fecha. Los presupuestos para este 2016 se tienen que llevar al plenario a finales de mes, y los socialistas siempre han dicho que no empezarán a negociar su entrada en el consistorio hasta que estos estén aprobados.

Los tempos se han ido dilatando por diferentes motivos. El primero es la posibilidad de unos nuevos comicios generales, por lo cual desde los comunes se recelaría de un acuerdo por los efectos que pueda tener en los resultados de una confluencia de izquierdas. Por otra parte desde Nicaragua son críticos con cómo se ha hecho la gestión hasta ahora, que consideran que ha paralizado la ciudad.

Aunque la suma de PSC y Barcelona en Comú no otorgue la mayoría absoluta (suma 15 concejales de 41), lo que sí que remarcan las dos partes es que el acuerdo hará un ejecutivo "más sólido". Además, se confía en un apoyo externo de los grupos de ERC y la CUP.

Cosa de dinero

De alguna manera, la entrada en el gobierno de la capital catalana se entiende como una voluntad por parte del PSC de poner orden en la gestión económica. Actualmente muchas de las personas que llevan el día a día al ayuntamiento son socialistas a quienes se ha conservado. Aparte, numerosos agentes económicos y sociales están apostando por esta opción.

Pero la cultura de gobierno de los de Miquel Iceta, que han tenido las riendas de la ciudad durante tres décadas, no impide que se estén buscando garantías antes de dar el paso. Señalan que no tienen miedo de gobernar, pero que se tiene que hacer bien.

Uno de los puntos que han puesto sobre la mesa es la necesidad de formar a un ejecutivo transversal, es decir, que entrelace los partidos. No quieren a un “tripartito” como el que hubo en la Generalitat, donde cada uno asuma la responsabilidad de un área y vaya por libre, sino que haya acción coordinada.

Presupuestos

Actualmente los presupuestos de Barcelona son los prorrogados de 2015, decisión que tomó el equipo de Colau el penúltimo día del año, el 30 de diciembre. Ahora, después de meses intensos de conversaciones que han llevado personalmente a la alcaldesa y Jaume Collboni, se ve la luz al final del túnel.

Quedan pocas semanas para que se cumpla el año desde que los comunes cogieron las riendas de la capital catalana. Sería adecuado, pues, terminar uno de los primeros grandes retos de todo consistorio, y el PSC ya ha puesto sus condiciones: gasto social, pero que también se traduzca en la generación de puestos de trabajo.

En la rueda de prensa que Collboni ofreció a los medios para hablar del tema este miércoles, reivindicó la necesidad de destinar recursos “a los barrios”, como cubrir parcialmente la Ronda de Dalt o reformar la Ronda Meridiana. Considera que “tiene relación directa con la mejora de la calidad de vida”.

El punto de mira también se pone en la infancia, con un paquete de medidas de 15 millones de euros para becas comedor o programas de garantía de servicios a la infancia. También insistió en la necesidad de que todos los barceloneses dominen el inglés, en una habilidad que considera que es “básica en un mundo globalizado”.