"Es la primera vez en España en que la catalanofobia no ha ganado. Y estoy orgulloso de que sea UGT la primera organización en el ámbito del Estado en que no ha funcionado la catalanofobia". Directo, tranquilo y casi sin inmutarse. Con estas palabras respondía el ya secretario general de UGT España, Josep Maria Álvarez, a las criticas recibidas durante su campaña por defender el derecho a decidir. Con la presencia de medios bilingües, el líder sindical ha repetido las mismas palabras en castellano, mientras por fortuna del destino el móvil le sonaba. Era Cándido Méndez, para felicitarle. Pero él no es catalán, ni independentista, sino asturiano, pese a que ha dirigido la organización catalana durante más de 22 años.

Como han explicado fuentes de UGT Catalunya consultadas por El Nacional, Josep Maria Álvarez, es “un gran líder”. Además, “una persona con carácter, con una inteligencia e intuición política única”. Eso no impide que en la UGT lo recuerden como alguien “muy duro, que lo es, pero capaz de rebajar su tono cuando trata con alguien a quien respeta o admira, ya sea un subalterno”, explican sus compañeros. De hecho, valoran de él que haya conseguido colocar al sindicato “en el centro sociopolítico de la sociedad catalana, rompiendo la cadena de transmisión del PSC.” Precisamente, preguntado sobre qué puede ofrecer Álvarez que otros no, algunos de los delegados aseguraban el miércoles que “un sindicato mucho más moderno”, que se materializa en el programa de reforma de su candidatura.

Su programa

El discurso del ya secretario general del sindicato de UGT, Josep Maria Álvarez, durante el 42 congreso fue a puerta cerrada, pero El Nacional pudo obtener filtraciones sobre las palabras pronunciadas dentro del auditorio. Es en la línea de “reforma en profundidad” donde despunta su programa, tal y como insinuaba en sus primeras declaraciones como máximo dirigente del sindicato. “No es por el momento, ni por la situación económica [sino sobre] cómo situar la organización en el siglo XXI” que considera necesario el cambio, se dirigió a los delegados. Así, crítico com el inmovilismo, Álvarez considera que la UGT “si no tiene el agua por el cuello, es muy difícil que tome decisiones”. Sin embargo, reconoce que como organización “han sido maltratados”, “pero es que no estábamos preparados para enfrentar las situaciones que hemos vivido”, aseguraba a los compañeros. 

Por lo tanto, propone reducir la estructura de la organización. “Hace falta un plan de viabilidad de la confederación, que empiece por reducir las estructuras. Este sindicato tiene demasiada cabeza, y debe drenar recursos a las bases”, indicaba. Por este motivo “iremos hacia un proceso de constitución de tres federaciones estatales”. Álvarez hacía referencia a la de Agricultura e Industria; la de Servicios Públicos, y la de Servicios privados, como se aprobó en el último comité de la organización.

Al mismo tiempo, reivindica la transparencia. “Cada vez que se llega a un acuerdo con una administración, tenemos que saber cuál es el objetivo y si tiene que ver con nuestra razón de ser”, comunicaba a los delegados. En ese sentido, el exlíder catalán cree que “buena parte de los problemas que hemos tenido son de clarificación de la vida interna de sindicato”, hecho que les habría pasado factura.

Con respecto a la toma de decisiones interna, Álvarez es partidario de convocar consultas entre los afiliados, que según él, “no cuestan”. Además, considera que “tiene grandes ventajas, porque el comité confederal podrá tomar sus decisiones tras saber qué opina la gente que representa, y también nos ayudará a salir de los despachos a explicar los acuerdos en el conjunto del territorio”, afirmaba.

Álvarez también apuesta por la proximidad. “Los trabajadores están esperando a que hablemos de ellos, tenemos que definir las reivindicaciones de este sindicato de cara a los próximos años. Tenemos que huir de la generalización y ponerles cara para que sientan que hablamos de sus problemas”, indicaba.

Finalmente, abordó durante el congreso "cómo hacer más atractiva la afiliación". En su opinión, debe ser desde el centro de trabajo. “Allí estamos bien, porque los delegados son gente honrada, y por eso no han podido con nosotros. Tenemos que participar activamente, protagonizar las luchas de los trabajadores”, dirigía a los delegados de la organización.

En cuanto a la cuestión soberanista, repitió su posicionamiento en el encuentro, alegando, “espero no tener que volver a explicar qué pienso, porque se aprobó en el Comité federal con unanimidad”. Es decir, en conformidad sobre una ponencia de reforma de la Constitución, con derecho a decidir sobre el modelo de Estado, pero no a favor de la independencia.