La televisión francesa France 3 ha explicado en su desconexión en catalán, el tratado de Pau i Treva, considerado el primer precedente de la ONU, que funcionó en Catalunya en el siglo XI. El reportaje, elaborado por la periodista norcatalana Júlia Taurinyà y acompañado de dibujos en movimiento, narra las asambleas que se celebraban en Toluges (Rosselló) el año 1027, bajo la presidencia del abad Oliba.

"Hace mil años no era muy bueno vivir aquí ni en todo el mundo cristiano. Los nobles no paraban de hacerse la guerra y de paso atacaban a los campesinos y a los clérigos. Robaban y destrozaban. Buen ambiente. La Iglesia intentó poner fin a ello, sin éxito hasta el año 1027. El 16 de mayo de aquel año, el abad Oliba reunió a todos en un campo de Toluges. Ya nos podemos imaginar las discusiones. Pero al final del día, no se sabe cómo, se pusieron de acuerdo e instauraron la Pau i Treva de Déu. Aseguraron el derecho de la sagrera. En un radio de 30 pasos en torno a la iglesia no puedes atacar ni robar a nadie. Y del sábado por la tarde hasta el lunes por la mañana está prohibido participar en combates, asaltar a clérigos, robar bienes eclesiásticos y atacar a gente que va o vuelve de un lugar de culto. Asambleas como la de Toluges se organizaron en otros pueblos, y poco a poco se extiendió la Pau i Treva de Déu por Catalunya y Occitania", ha indicado el programa Petits Papers.

Según el reportaje, y con un punto de ironía, también se pueden ver estas asambleas como el precedente del fin de semana festivo. "Es decir, que además de haber inventado al antepasado de la ONU, los catalanes aparecen en el origen del fin de semana chill, tranquilillo", apunta. "Sí, sí, nos podéis dar las gracias", añade.

La asamblea de Pau i Treva también se ha visto como un precedente de las Cortes Catalanas y del Parlament catalán. El abad Oliba, que fue el verdadero impulsor de este movimiento, presidió un nuevo sínodo en Vic en 1033 donde aumentó los días de tregua, de jueves a lunes, extendió la protección también a los comerciantes, y a las personas que fueran a un mercado o volvieran de él. El modelo se extendió en los años siguientes y tuvo un impacto político. También hubo concilios de Pau i Treva impulsados por el abad Oliba en Narbona en 1032, 1043 y 1054, y en Niza en 1041.