Las protestas que han inundado Catalunya y buena parte del Estado a raíz del encarcelamiento de Pablo Hasél tienen la intención de cronificarse. En un vídeo difundido por varios grupos de Telegram, se hace un llamamiento a salir a las calles cada sábado, emulando de esta manera los chalecos amarillos.

En este visionado ya se hace la convocatoria para este sábado a las 18h en la plaza Tetuan de Barcelona. La última protesta, que también fue en sábado, acabó siendo una de las jornadas con más disturbios y provocó la entrada en la prisión provisional de ocho anarquistas.

"Nos encontramos ante un abismo. Una herencia impuesta en forma de deuda impagable de planeta expoliada, de presente inmóvil. Un mundo que se hunde en la desigualdad y la miseria tras de un decorado de opulencia y lujo", empieza el vídeo.

 

Seguidamente, el vídeo denuncia la existencia de desahucios, el precio de los alquileres, la reforma laboral, la ley mordaza, la ley de extranjería, el dominio del patriarcado. También apuntan contra el apuntalamiento de la monarquía y critican el encarcelamiento del rapero leridano.

"Pero tengámoslo claro. Si se comportan así es justamente porque saben que podemos cambiar las cosas. Porque saben que cada vez tenemos menos a perder, y mucho a ganar. Salgamos a las calles. Cada sábado. Hagámoslo por nosotros. Es hora de cambiarlo todo. Porque no lo olvidamos, ellos son pocos, y nosotros somos millones", concluye el vídeo.

Los chalecos amarillos como ejemplo

Así pues y más de dos semanas después de que se iniciaran, los impulsores de las protestas quieren seguir el ejemplo de los chalecos amarillos, que en Francia se manifestaron durante más de un año cada fin de semana causante graves disturbios, más de 10.000 detenidos y centenares de heridos, tanto en el bando manifestante como en el policial.

Este movimiento inicialmente se generó a causa de la subida sobre el impuesto del carburante, pero rápidamente se amplió a otras reivindicaciones como el aumento del poder adquisitivo de las clases medias y bajas, la dimisión del presidente francés, Emmanuel Macron, o la organización de un Referendo de Iniciativa Ciudadana para modificar las políticas sociales del gobierno.

La "lógica" de las revueltas fue la injusticia global vivida que se transformó en un ejercicio democrático de base: la acción colectiva que declara y verifica la capacidad de cualquiera a la hora de formular las preguntas en un plan de igualdad, según el filósofo Jaques Rancière. Ciertamente, un planteamiento que parece tener similitudes con las protestas que se están produciendo estos días en Catalunya.