Un centenar de personas se han concentrado esta noche delante de la sede de Aigües de Banyoles para protestar contra el nombramiento del exconseller Santi Vila como director general. Los manifestantes tildan a la empresa de "botiflera" por el fichaje de Vila, que se interpreta como una 'puerta giratoria' después de la dimisión del conseller del gobierno catalán antes de que se declarara la independencia al Parlament. La concentración ha contado con la presencia de miembros de la CUP y del CDR del Pla de l'Estany.
Uno de los hechos que denuncian es la amistad personal entre Vila y el propietario de Aigües de Banyoles, Lluís Coromina, empresario muy conocido en la comarca. La empresa se dedica a comercializar el agua del estanque de la localidad gerundense. Coromina también es presidente de Agrienergia y de la empresa de transportes Teisa.
En folletos repartidos en la protesta, se podía ver una foto de los dos cuando coincidieron en la entrega de la Creu de Sant Jordi que la Generalitat entregó a Coromina el año 2015, con Vila como conseller de Territori. "Banyoles no debe nada al 'botifler' Santi Vila" es el texto que acompaña la imagen.
És veu que són amics entranyables.
— República Catalana (@KolprimGemma) 18 de enero de 2018
Aquest vespre manifestació davant Aigües de Banyoles contra la decisió de l'empresa de posar en plantilla a Santi Vila.
Persona non grata a Banyoles i a molts llocs de Catalunya. pic.twitter.com/B3DKLeRDYZ
Santi Vila, no et volem a Banyoles, volem el servei d'aigua municipalitzada pic.twitter.com/nt5bRtwaDf
— CUP Pla de l'Estany (@cupbanyoles) 18 de enero de 2018
Les aigües seran sempre nostres!
— CDR Pla Estany (@CDRPlaEstany) 18 de enero de 2018
Per una República sense portes giratòries, avui ens hem concentrat davant d'Aigües Banyoles.
Santi Vila, no et volem aquí! pic.twitter.com/o97toRzsRT
La entrega de la Creu de Sant Jordi, sin embargo, no es el único gesto de la conselleria de Vila que benefició al empresario. También durante su etapa en Territori, la Agència Catalana de l'Aigua -que depende de esta conselleria- aprobó la decisión de dejar de cobrar el canon de captación del agua del estanque de Banyoles, argumentando que se tenía que "blindar" el municipio por su "excepcionalidad".
De esta manera, el año 2014, Banyoles se convirtió en el único municipio catalán que no tiene que pagar el canon de captación, valorado en unos 33.000 euros al año.
La entrega de la cruz Sant Jordi a Coromina, con Vila, a la izquierda / Generalitat