Propuesta 'in extremis' para pactar los presupuestos. Durante las últimas semanas, son diversas las cuestiones que han imposibilitado un acuerdo definitivo entre el Govern de ERC y el PSC que permitiría aprobar las cuentas de este año. Pero son tres los macroproyectos que más han destacado: el Hard Rock, la ampliación del aeropuerto de Barcelona y la autovía de la B-40 en el Vallès. Este último es, precisamente, el punto que más ha complicado el entendimiento en los últimos días, según explica el Govern. Y también será protagonista esta semana: los socialistas han decidido presentar una moción este jueves, durante el primer pleno del año, con la intención de afianzar el apoyo del Parlament en el Quart Cinturó y rematar la presión sobre el ejecutivo para que ceda en su demanda.

El texto presentado por el PSC la semana pasada quiere que la cámara catalana se posicione a favor de "hacer efectivo, dentro del primer trimestre de 2023, con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, el convenio de acuerdo y financiación que garantice la redacción del proyecto de la Ronda Nord de los sistemas urbanos de Terrassa, Sabadell y Castellar". También recuerda que la infraestructura ya ha recibido el apoyo de los plenos de estos ayuntamientos y de "entidades sociales y económicas" comarcales. Y, aún más allá, exige "la ejecución de las obras por parte del Govern de la Generalitat de Catalunya". Una demanda, pues, que urge el ejecutivo de Pere Aragonès a actuar decidida y activamente con la B-40 en los próximos meses.

ERC diluye la demanda

Para intentar deshacerse de la presión de los socialistas, y escenificar un acercamiento de posiciones, ERC ha presentado este lunes, y sobre la bocina (el periodo para presentar enmiendas terminaba a las 18 horas), una iniciativa que pretende modificar la moción del PSC. Los republicanos han puesto sobre la mesa una contrapropuesta a la moción de los de Salvador Illa que rebaja la exigencia de manera evidente. Así, en lugar de hacer efectivo el convenio de acuerdo y financiación durante los tres primeros meses del año, ERC quiere "acordarlo dentro del primer semestre de 2023", dándose así más margen de tiempo. Además, evitan referirse específicamente a la B-40 para defender la necesidad de un convenio "que garantice la redacción del proyecto de mejora de la movilidad en el Vallès Occidental que el Govern acuerde con los ayuntamientos implicados". Una opción, pues, que pretende dejar la puerta abierta a estudiar "todas las propuestas de mejora viaria posibles". Para satisfacer a los socialistas, sí que se refiere al Cuarto Cinturón como una de las opciones a considerar, pero sin situarla como prioritaria. Y esquiva también la exigencia del PSC de que sea el Govern quien ejecute las obras, sin referirse en ningún momento.

 

En un comunicado, los republicanos se han justificado y aseguran que han movido ficha para "tratar de encontrar el punto que conduzca al amplio consenso político y también territorial en torno a la movilidad en el Vallès Occidental". De esta manera, ERC abre la puerta a estudiar y analizar "todas las opciones posibles, excluir ni imponer ninguno" y evita acatar la demanda de Salvador Illa y aceptar la B-40. Pero lo cierto es que esta infraestructura ha sido marcada por los socialistas como un elemento clave e indispensable si el Govern quiere un acuerdo definitivo, y Junts también ha manifestado la necesidad de apostar por esta propuesta.

El aeropuerto, también protagonista

La ampliación del aeropuerto de Barcelona que pide el PSC también aparece retocada por ERC con otra enmienda. La moción queda modificada quirúrgicamente, pero se evidencian los cambios: si los socialistas aprovechan para cargar contra el ejecutivo, metiendo el dedo en el ojo con los "reiterados incumplimientos del Govern de la Generalitat" de las resoluciones para no romper las conversaciones con el gobierno español y AENA, la contrapropuesta de los republicanos deja fuera el ataque. Y mientras que los de Salvador Illa piden que se ponga en marcha el "crecimiento" del aeropuerto, ERC esquiva esta palabra y aprovecha para advertir que cualquier acuerdo tiene que tener en cuenta la "convivencia con los vecinos y las vecinas".