Las voces a favor de un referéndum como única salida al conflicto actual entre Catalunya y España cada vez son más, también en los parlamentos europeos. El portavoz del grupo de discusión sobre Catalunya que se ha creado en el Parlamento británico, Christopher Bambery, espera que la iniciativa "anime" proyectos similares, ya que "cuantos más parlamentarios por toda Europa den apoyo al referéndum, más fácil será convencer al gobierno de Madrid de que adopte esta posición".

Bambery ha explicado que en el grupo "hay diputados favorables a la independencia y otros que no lo son" pero que todos apuestan "por el reconocimiento del derecho de los catalanes a la autodeterminación". "Los catalanes tienen derecho a ser consultados en referéndum, como pasó en Escocia y en el Quebec", asegura.

Bambery confía en que el grupo ayude a explicar a los miembros del Parlamento de Westminster "la situación política que se vive en Catalunya". "Los parlamentarios son una audiencia sofisticada, no se forma una opinión sólo a través de lo que dice la prensa" asegura Bambery, pero subraya "la importancia de poder dialogar y establecer contactos con diputados catalanes".

La presentación oficial del grupo se hará el próximo martes 14 de marzo en una de las salas del Parlamento británico y contará con la presencia del conseller de Asuntos Exteriores, Raül Romeva. "Nos explicará qué está pasando con la persecución de cargos electos, que va más allá de los grandes nombres como Carme Forcadell o Artur Mas", dice Bambery, subrayando que "hay más de 400 casos abiertos contra alcaldes y concejales en Catalunya". La comparecencia de Romeva también servirá, según el portavoz del grupo de discusión, para "difundir la visión del gobierno catalán con respecto a la situación política actual y la solución que plantean al problema que hay entre Madrid y Barcelona", ha añadido.

"Queremos democracia en Europa y creemos en el principio de igualdad de sus ciudadanos, y eso quiere decir que el derecho a la autodeterminación de una nación como Catalunya" sea "reconocida", argumenta. "También queremos estar en contacto con personas de Madrid que no dan apoyo a la independencia para escuchar sus razones", ha añadido.

Influir en Escocia

El diputado del SNP, George Kerevan, ha sido el impulsor del grupo de discusión sobre Catalunya. "Hay un interés particular de los escoceses en Catalunya y por eso hay tantos miembros del SNP en el grupo", explica Bambery y destaca "el sentimiento de identificación que hay entre los independentistas escoceses y catalanes". Además, augura que "si Catalunya convoca un referéndum en septiembre, eso tendrá un impacto sobre la situación en Escocia" y recuerda que "la probabilidad de convocar un segundo referéndum de independencia en Escocia a finales del 2018 es muy alta".

En este sentido, Bambery lamenta que mientras los escoceses "pudieron decidir democráticamente sobre la cuestión de la independencia en el 2014" a los catalanes se les niega esta oportunidad. "¿Por qué los catalanes no tendrían que poder tener este mismo derecho en septiembre, si viven en una democracia?", se pregunta.

"Las raíces franquistas del PP"

"Personalmente, no me sorprende la actitud del gobierno español, el PP tiene sus raíces en aquellos que daban apoyo a Franco", admite Bambery que matiza que el PP "no es un partido franquista ni fascista, pero esta es su herencia". El miembro del SNP también apunta al "nacionalismo español" como una de las causas de "la incomprensión" del gobierno español.

"El Estado español no ha gestionado bien el legado de la Guerra Civil; hay una historia de persecución y represión en Catalunya que se tiene que tener en cuenta", asegura Bambery y lamenta que el gobierno del PP "no entienda que los catalanes se quieran independizar". Finalmente, Bambery cree que cuando el Estado español "amenaza de suspender la autonomía" aplicando el artículo 155 de la Constitución "rememora aquellos años".

La mediación de la UE

Bambery cree que la intervención de la UE sobre el bloqueo de las negociaciones entre Catalunya y España sería esperable "si hubiera graves injerencias democráticas", como la inhabilitación de cargos electos o ataques contra la libertad de expresión.

Ahora bien, espera que la UE "no intervenga en el debate de la independencia como lo hizo en el caso del referéndum de Escocia" y recuerda la "campaña del miedo" y "las amenazas que los escoceses perderían la nacionalidad europea" si ganaban el referéndum. "No era cierto en el caso de Escocia y no lo sería en el caso de Catalunya; es una condición que no se puede sustraer a los ciudadanos", concluye.