Defender la Constitución y la democracia. Eso es lo que hizo ayer el Rey con su discurso según la prensa española, un discurso en que ni tan siquiera lamentó —y aún menos condenó— la violencia policial vivida en Catalunya el pasado 1 de octubre, donde hubo cerca de 900 heridos. Pero no lo mencionó y los diarios de Madrid tampoco lo han hecho.

Precisamente porque ignoran la fuerza que usaron los agentes el domingo —o no—, justifican que la actuación del Govern ha dado lugar a esta situación por el "tan abrumador intento de apropiación de las instituciones históricas en Catalunya", que no por la falta de diálogo o por el enrocamiento del gobierno del PP, entre muchas otras cosas.

Poco se habla en las editoriales de los cuatro diarios principales del Estado del parón general que sacó a más de un millón de personas a las calles de Catalunya, y todavía menos tratan el estado de sitio permanente que llevan ya semanas viviendo los catalanes y muchos de sus representantes políticos. Aunque, eso sí, todos abren en su portada con la editorial (sobre el gran discurso).

Y, lo que es más, también todos comparan la efectividad del discurso de Juan Carlos I del 23-F, para parar el golpe, con el discurso que ayer hizo su hijo para parar, lo que ellos también consideran, "el golpe catalán".

Misión constitucional

El Estado tiene claro que su modus operandi es el correcto a seguir y, por supuesto, ni tan siquiera se ha planteado qué imagen se ha podido dar a nivel internacional. Y los rotativos fieles a sus actuaciones, también. Según La Razón, Felipe VI cumplió "su misión constitucional". 

Y no sólo eso. Olvidando todos los años que el Govern lleva probando de negociar algo con el ejecutivo español, el diario citado asegura que "la puerta, por lo tanto, está abierta si queremos avanzar juntos" y considera que "fuera  de este ámbito de convivencia no hay futuro democrático ni para España ni para Catalunya".

A su parecer, "más de la mitad de los catalanes no está de acuerdo con la secesión" y es por eso, y porque, "está en juego el futuro de nuestro país, una sociedad avanzada, moderna y tolerante que conquisto su futuro con esfuerzo e ilusión", que consideran que ahora es el momento del "entendimiento".

La valentía del Rey

Para los de Francisco Marhuenda, el discurso del Rey fue "un mensaje histórico ante el desafío soberanista", un discurso que definen como "necesario y valiente" porque "la deslealtad ha sido inadmisible y doloroso". Y así lo destacan en su portada, que conforma un conjunto de elogios a las palabras de Felipe VI.

Ahora bien. Su editorial acaba siendo una especie de súplica al Govern para que de marcha atrás porque asegura que "aún estamos a tiempo" de que la sociedad catalana "no quede fracturada" porque, ahora mismo, "la situación en toda Catalunya es de una gravedad extrema". No por las cargas policiales, sino por la ocupación de las calles.

Firmeza democrática

El País, ya en su nueva línea habitual, también justifica las palabras del monarca en "un mensaje firme y solemne" y celebra —y así lo especifica— el mensaje del Rey porque, alaba, "por fin llega algo claro y positivo por parte del Estado".

Fieles a la realidad, en su editorial señalan que las palabras de Felipe VI fueron "muy duras", pero muy duras con Catalunya, no con la violencia policial, hecho que ni tan siquiera mencionan. Pero, eso sí, con ese discurso "cumple con su mandato constitucional, de defender la unidad de España, sin sobrepasar los límites que él respeta cuidadosamente".

De hecho, que el Rey haya salido a hacer un discurso que no sea el de Nochebuena "se interpreta como un aviso a la extrema gravedad de la situación en Catalunya" porque, subrayan, Juan Carlos I solo salió cuatro veces: para el 23-F, cuando tuvo lugar el atentado de Atocha, para la muerte de Adolfo Suárez y cuando abdicó.

Discurso histórico (en positivo)

ABC, de su lado, tiene claro que el guión de los acontecimientos no estaba previsto ni por el propio Govern, pero destaca que "quien convoca y organiza un referéndum separatista contra toda ley y tribunal, frente a toda advertencia de procesamiento y a pesar del repudio internacional, es porque está dispuesto a llegar a niveles de confrontación en los que se decidirá la existencia misma del Estado".

En un discurso "histórico", el Rey ha cogido el relevo de su padre, que puso fin al golpe de Estado del 23-F con sus palabras (siempre según el diario citado), porque gracias a "las cabales palabras del Monarca marcan el camino que han de seguir los poderes del Estado".

Este rotativo sí que habla del parón de país que ayer vivió Catalunya, pero para cargar contra él. "La huelga general en Catalunya amparada por las instituciones autonómicas fue ayer un paso más en la ocupación permanente por las fuerzas separatistas del escenario público catalán, aquel que debería estar abierto al ejercicio de las libertades y derechos de todos los catalanes", ha soltado, sin tener en cuenta en ningún momento que salieron un millón de personas a las calles catalanas.

Golpe interno de intimidación

Y lo que es más. Para el diario citado, "la huelga de ayer fue un golpe interno para intimidar a los no nacionalistas y forzar a que se sientan marginados". Y es que, subrayan, "el tigre del separatismo de extrema izquierda está desbocado y su objetivo es devorar a la sociedad catalana", motivo por el cual queda totalmente justificado que el Rey insinúe la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

Un artículo que consideran que solo será funcional "si se aplica a tiempo", es decir, antes de que el Estado acabe perdiendo todo el control sobre Catalunya o, como lo dicen ellos, "cuando aún exista una estructura autonómica susceptible de ser puesta bajo control del Estado para que cese en la deslealtad constitucional".

Por todo esto, emplazan a Mariano Rajoy a aplicar ya el 155 porque, a su juicio, "cuanto más se demore el Gobierno en tomar decisiones, los acontecimientos harán más difícil el abordaje de la insurrección de la Generalitat", que ha provocado "una crisis constitucional" que, señalan, "no puede resolverse con los poderes ordinarios del Gobierno ni del Poder Judicial". "Hacen falta medidas extraordinarias cuya ejecución requerirá el ejercicio de la fuerza del Estado", concluyen.

El 155, ya

Como el resto, El Mundo también exige al Estado que aplique ya el artículo 155, mientras desea que el discurso del Rey de ayer "haga el mismo efecto" que el que hizo su padre el 23-F, día del golpe de Estado fallido (siempre gracias al discurso de Juan Carlos I).

El diario citado emplaza a la ciudadanía catalana a escuchar a Felipe VI, que dio un mensaje "con una claridad diamantina, con una fuerza muy alejada de todo frío protocolo", que respondió, según el rotativo, "a la altura del desafío que todos afrontamos".

Un discurso que, a su parecer, "evitó subterfugios y fáciles apelaciones al diálogo" e "identificó pronto a los culpables de una deslealtad inadmisible: unos dirigentes autonómicos que ya no pueden ser tenidos por demócratas". 

Lo más duro del escrito, pero, ha sido cuando han asegurado que "quienes hoy acaudillan la sedición catalana no visten de uniforme —o no todos—, pero han observado una disciplina militar para imponer su proyecto autoritario a toda la sociedad".

Y es justamente por eso que "esa urgencia [de aplicar el 155] se vuelve hoy más imperiosa" para, así, "acabar con la impune rebelión de Puigdemont y sus socios".