Elogios, aplausos, felicitaciones ... e, incluso, ovaciones. Mientras algunos medios internacionales atribuyen la detención de Carles Puigdemont al retorno del régimen franquista, la prensa española viene hoy cargada de optimismo después de que la policía alemana detuviera ayer al president Puigdemont a su paso por la frontera de Alemania y loan al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena por haber conseguido "salvar al Estado".

Salvar al Estado de desaparecer por culpa de una Catalunya (y sus más de dos millones de votantes independentistas) que es la antítesis de la democracia —todo en palabras de los grandes diarios españoles—, mientras que la justicia en España actúa completamente al margen del poder político.

Aunque cuesta de entender, los diarios de Madrid, que ya dan por hecho que Alemania extraditará al president y, en este sentido, cargan contra Bélgica por haberlo protegido; atribuyen la detención de Puigdemont a la separación de poderes y a la independencia judicial que reina, según su parecer, en España.

Y es que, además, a pesar de que los independentistas "se lo han buscado", se lamentan de que ahora serán ellos los que, igual que llaman fascistas a algunos políticos españoles, ahora llamaran nazis a los alemanes por detener a Puigdemont. Y todo, sin saber aún si, finalmente, Alemania accederá a extraditarlo o, como Bélgica o Suiza, aparcará la cuestión al tratarse de un tema puramente político.

El fin del tour

"Puigdemont al final de la escapada". Así titula su editorial La Razón, que advierte que todos los demás "fugados" correrán la misma "suerte" que Puigdemont y aconseja al independentismo que "pase página" y "busque una salida desde el respeto a la legalidad".

Los de Francisco Marhuenda alaban la "democracia avanzada" de la que disfruta, a su parecer, España porque la justicia está actuando "en el ámbito en que es soberana" y aplauden, al mismo tiempo, la supuesta separación de poderes que existe en el estado español —siempre según su punto de vista—, así como la "independencia judicial" española.

Y eso no es todo. Salen en defensa del presidente español, Mariano Rajoy, por haber apelado al diálogo y la negociación, cosa que, según pretenden hacer creer, el líder del PP "ha reiterado hasta la saciedad [...] para afrontar los problemas que tienen los ciudadanos de Catalunya".

Por todo eso, La Razón se muestra convencida de que "Puigdemont es ya historia, triste historia, que no puede condicionar el futuro de Catalunya". Además, en otro artículo firmado por Eduardo Inda, aplaude a Llarena porque considera que "España nunca agradecerá lo suficiente al poder judicial su actuación en la coyuntura más grave en cuatro décadas de democracia" porque, "de no haber sido por ellos a estas horas España no existiría".

Lágrimas fuera de la ley

En la misma línea, El Mundo describe como "reconfortante" la immediata detención de Puigdemont nada más entrar en Alemania porque, subraya, "es tranquilizador constatar, por fin, que en un Estado de derecho nadie está por encima de las leyes, que la Justicia funciona con los ritmos que imponen los jueces y que la cooperación policial europea es una realidad".

En su editorial, titulada "El prófugo Puigdemont, bajo la ley", el diario citado carga en este punto contra Bélgica por su "complicidad implícita en el desafío" y advierten de que, como ya han podido comprobar los independentistas, "fuera de la ley sólo hay lágrimas".

Pero no solo felicitan la actuación de la justicia española y de la policía alemana en su editorial, si no también en diversos artículos de opinión. Entre ellos, destaca el de Federico Jiménez Losantos, que no solo carga contra los líderes soberanistas, si no también contra el gobierno del PP por no haber usado el artículo 155 de la Constitución española para intervenir TV3 y, por tanto, seguir "tolerando, financiando y mimando el aparato de propaganda y agitación del golpismo, cuya fuerza reside en las televisiones".

Losantos aprovecha la ocasión para aplaudir a Albert Rivera por haber sido el único que saludó la detención "del golpista" o, dicho de otra manera, "el fiasco del politicastro fugitivo".

Fascistas y nazis

Mientrastanto, Salvador Sostres sustenta en ABC que, aunque "la Justicia es lenta y garantista [...] al final siempre llega, especialmente para aquellos que se creen impunes y alardean de ello desdeñándola", mientras señala que "Puigdemont ha sido detenido en Alemania víctima del cóctel tan letal de la chulería en el desafío y de la temeridad que da la poca inteligencia".

Es en este punto en el que Sostres aprovecha para cargar fuerte contra Puigdemont, no solo por haber "desafiado" al Estado durante todos estos meses, si no también por no haber vuelto ayer en avión, cosa que, a sus ojos, "es una prueba más de su falta de audacia".

Y es que, según el articulista, Puigdemont y "sus colegas de rebeldía", como bautiza al resto de políticos exiliados, "no sólo creían que este momento jamás llegaría sino que siguen pensando que la democracia son ellos, y no lo que llevan retorciendo y pisoteando desde el pasado mes de septiembre".

Lo peor, llega al final del artículo cuando Sostres gira la tortilla y sostiene que "y tal como en España todos somos fascistas, dirán ahora que los alemanes continúan siendo unos nazis. La analogía con la Gestapo entregando a Lluís Companys circulaba ya ayer por las redes", sentencia.

Puig-the-end

El País vuelve a la carga aplaudiendo la detención de Puigdemont porque eso "liquida la farsa del gobierno en el exilio" y llenan sus páginas de distintas opiniones sobre esta cuestión. Entre ellas, se encuentra "Puig-the-end", que señala que la detención del president "extrema la frustración e impotencia del soberanismo".

El escrito en cuestión se empeña en demostrar a través de un lenguaje poético cómo este movimiento de la policía alemana dibuja "un final prosaico, vulgar, para un héroe de pacotilla" que, en vez de internacionalizar el procés, está internacionalizando "el ridículo".

De hecho, el artículo repasa los "actos vandálicos" de los independentistas, que ayer volvieron a salir a la calle protagonizando "vandalismo nocturno y nostalgia borroka". Lo peor llega cuando se pone a la altura de El Mundo, lamentando, también, que Rajoy no aprovechara el 155 para intervenir TV3.

Pero eso no es todo. Como los otros diarios grandes diarios de Madrid, El País se suma a la afirmación de que en ningún caso los magistrados han mezclado la justicia con política porque, según su punto de vista, "hacer política hubiera sido eludir el cumplimiento de las leyes, prevaricar a expensas de una presunta convivencia cuyo punto de colisión siempre lo han proporcionado los indepes en el saqueo institucional, la profanación del Parlament y la crispación de la sociedad a cambio de la tierra prometida". 

En otro artículo, además, se dedican a desmontar "los mitos independentistas" como que hay presos políticos, que el referéndum fue un proceso democrático, el exilio que lo sustituyen por "fuga" o que la represión realmente es "aplicación de una euroorden".