La resurrección del caso del 3% que investiga la presunta financiación irregular de Convergència ha calado de lo lindo en la prensa del Estado. Muchos medios españoles han aprovechado la ocasión para relacionarlo con el proceso soberanista y tildar todo el movimiento de "corrupto".

Así titula La Razón su editorial de hoy, donde expone que "como ya era de esperar, los portavoces convergentes se han apresurado a vincular la actuación de la Fiscalía con la creciente tensión separatista, ignorando deliberadamente que el procedimiento judicial es previo al proceso de ruptura impulsado desde la Generalitat".

Anterior, pero casualmente la investigación se ha reanudado justo a tres días vista del juicio en Artur Mas, Joana Ortega y Irene Rigau por haber puesto las urnas el 9-N y, también casualmente, el equipo de abogados del expresident es el mismo que tendrá que dedicarse estos días a la Operación Pika, que les dejará menos tiempo para prepararse el pleito del lunes.

"Banderas del victimismo"

Las declaraciones de la concejala de la CUP al Ayuntamiento de Barcelona María José Lecha han servido al medio dirigido por Francisco Marhuenda para justificar que "es tal la evidencia" de que incluso ella descartaba vincularlo al proceso y carga fuerte contra el vicepresident del Govern, Oriol Junqueras, para defender una cosa que antes su propio partido había denunciado.

Después de hacer una larga lista del comportamiento de los implicados y no implicados en el caso, el rotativo citado emplaza al ejecutivo catalán a "dar explicaciones y cuentas de unas prácticas corruptas de larga fecha que han perjudicado gravemente la gestión de los fondos públicos" y acaba sentenciando que "tarde o temprano, la realidad de las cosas acabará por dispersar la cortina de humo del proceso separatista y pondrá a los actuales gobernantes de Catalunya ante las responsabilidades propias de una gestión nefasta para el interés común. Entonces ya no valdrá parapetarse detrás de las banderas del victimismo".

Mas y Trias, en el punto de mira

"Desaparece CiU, pero no su red de corrupción organizada". Así titula El Mundo su editorial, que tilda de "muestra palmaria del sistema corrupto que había instaurado Convergència allí donde tuvo algún poder en Catalunya".

Eso, sin embargo, no es lo peor. El diario mencionado aprovecha la ocasión para incriminar Mas o Xavier Trias y se muestra convencido que "no es demasiado aventurado pensar que estuvieran al corriente de las irregularidades" y los pide que "asuman sus responsabilidades políticas". Unas líneas más abajo, ya pretenden dejar claro que "Mas es responsable", pero que "la propaganda independentista se escudó ayer de nuevo en el victimismo".

Todo es, para ellos, "un ejemplo más de como la deriva secesionista intenta tergiversar la realidad en Catalunya", inmersa en "la búsqueda de una utopía imposible", una "utopía" que, según su opinión, "deja de lado la cuestión transcendental que ha marcado la vida política catalana en los últimos decenios: la creación de una inmensa red de corrupción que sirvió para el enriquecimiento personal de algunos".

Corrupción e independencia

En la misma línea que el resto, El Español titula "cuando es imposible separar la corrupción de la independencia" y definen la antigua Convergència como la "locomotora del independentismo".

Haciéndose eco de las declaraciones del Govern sobre que es un proceso "pacífico", este medio aprovecha para asegurar que "esta imagen idílica es la que el caso del 3% contribuye a echar abajo" y avisan a toda la ciudadanía que el lunes irá a apoyar a Mas que aquel día declarará por haber puesto las urnas, pero que "no tardará mucho en declarar por corrupción".

Precisamente cogiéndose a esto, acaba la pieza poniendo encima la mesa que "tendría gracia que la hoy aclamado como libertador Artur Mas acabara como un apestado dentro de los propios sectores del independentismo". Y lo que es más, vuelven a insistir en que "los hechos vienen a demostrar que la corrupción está tan indisolublemente unida al proceso soberanista que es imposible separar el grano de la paja. Empezando por quien acusaban en España de robar a Catalunya mientras llenaban sus cuentas en Suiza".

El engaño

El País hace una crítica sutil y perspicaz titulando "Mas no es un delincuente", pero en el cuerpo del texto quiere dejar claro que "ha sido el peor gobernante de Catalunya" por haber "engañado a los catalanes, al Govern y al Estado", pero subrayando que "no toda desobediencia es un delito de desobediencia".

Y ponen especial énfasis para que su conclusión es que "no es un delincuente" porque no hizo nada más que "no hacer nada, ni leyes que se recuerden, ni medidas diferentes a las más austeras de Europa".