El Partido Popular sigue nutriendo el relato sutil de que en algún momento se producirá un brote de confrontación en Catalunya que podría alterar la convivencia civil. El portavoz de comunicación del PP, Pablo Casado, ha elevado el tono este lunes en la sede de la calle de Génova sobre el avance de la hoja de ruta –a pesar de las suspensiones del Tribunal Constitucional. Ha reprochado al president Carles Puigdemont "matonismo de portero de discoteca" por pedir a los ciudadanos que insten a los alcaldes a poner urnas y ha afirmado que los independentistas "incendiarán la calle" hasta el 1 de octubre.

"Lo que vimos ayer en algún momento es pretender una provocación", ha dicho el popular en una Diada sin disturbios y después de los registros de la Guardia Civil en el diario El Vallenc, rechazados por los vecinos del pueblo, que cantaron canciones y ofrecieron claveles a los agentes. El dirigente ha garantizado que no hay peligro de reacción, pues las fuerzas de seguridad son "muy experimentadas" y no cederán, pero ha insinuado una posible "crispación", que desaconseja una manifestación en la calle del unionismo por ahora.

En ese escenario, Casado no ha descartado que el presidente Mariano Rajoy pueda sufrir alguna suerte de escarnio esta semana, cuando viajará a Catalunya para unas jornadas monográficas sobre el conflicto soberanista, que organiza el partido. "La última vez que hemos visto cómo las gastan los de la CUP fue en la manifestación contra los atentados en la Rambla", ha respondido preguntado por El Nacional sobre si temían tensión en un viaje, del que todavía no se ha concretado si será un viernes y un sábado o solo un día, según fuentes de la dirección.

Así las cosas, el portavoz ha garantizado que ante las "provocaciones" y los actos de aquellos que no se mantengan en la "legalidad", el Estado sí se mantendrá en ella y que los dirigentes del PP en ningún caso se sentirán "intimidados". Aquí el popular ha recordado que quien organice un disturbio en el día de hoy "se tendrá que atener a las consecuencias", aunque ha afirmado que en principio solo espera "mucho atrezzo, mucho dron y mucha fotografía". Al respecto, Rajoy ha publicado un tuit instando al "respeto, la libertad y la convivencia" durante la jornada.

Casado, asimismo, ha elevado el tono en varias ocasiones comparando el Govern con el régimen de Venezuela y el nazismo. "Vemos coacciones a los alcaldes, hacen chantaje a los directores de los medios, insultan a aquellos que llevan una bandera de España. No lo queremos. Ni etiquetar brazos, ni tiendas, ni a funcionarios. Queremos la libertad y la calma", ha insistido. Más tarde, ha añadido que Puigdemont se había convertido en un gobernante "absolutista" y lo ha comparado con el excarcelado dirigente de Bildu, Arnaldo Otegi. "Quieren aplastar al disidente. Él [Otegi] lo hacía con métodos todavía más delictivos", ha denunciado.

Sobre el papel de los consistorios y ante las dudas sobre si la alcaldesa Ada Colau pondrá finalmente las urnas, Casado ha reivindicado que no había grises, sino que había que escoger "en qué lado se quería estar", si al "lado del delito", o de la "libertad". Ha instado a los ediles a "dignificar su bastón de mando" y ha considerado que Colau "acataría la ley", porque se comprometió a ello. Eso sí, preguntado por este diario, ha reconocido que el papel de Barcelona es clave, en tanto que "tiene el censo y la concentración de población más grande de Catalunya".