Cambios en el modelo para elegir al líder del PP. Es uno de los asuntos más espinosos que tendrán que abordar los populares en el Congreso Nacional y ahora se empieza a desbrozar después de que el equipo que nombró Alberto Núñez Feijóo haya presentado la ponencia de Estatutos, un documento al que todavía se le pueden presentar enmiendas y que se tendrá que debatir y votar a principios de julio. Esta cuestión está llamada a ser una de las fricciones que enfrente la dirección actual del PP con Isabel Díaz Ayuso, que apuesta abiertamente por el sistema de “un militante, un voto” y que hace unos días dejó claro que plantará batalla. Como propuesta inicial, ha acabado triunfando una vía que fomenta el equilibrio entre las dos almas y que replica el sistema mayoritario que existe en las elecciones presidenciales estadounidenses. Así pues, los militantes de cada provincia votarán una lista de compromisarios adherida a una candidatura para presidir el PP y la lista vencedora será la que envíe a todos sus compromisarios al Congreso Nacional, donde se elegirá al nuevo líder del partido. Es lo mismo que en Estados Unidos, donde cada estado envía al Colegio Electoral los electores de la candidatura (republicana o demócrata) que se impone entre los votantes. El número de compromisarios de cada provincia depende de los niveles de afiliación (en un 75%) y del porcentaje de votos obtenido en las elecciones generales anteriores (en un 25%).
Hasta ahora, para elegir al presidente del PP, había dos urnas: una para el futuro líder del partido y otra para los compromisarios. Esto se corrige y habrá una sola urna en una votación que se celebrará semanas antes del congreso. “Votarán en una lista única al candidato y a los compromisarios de ese candidato. Sabrán perfectamente a qué candidato apoyan y no se dará el caso de que el compromisario que salga vote a otro candidato”, como pasó en 2018, ha defendido la presidenta de Extremadura, María Guardiola, durante la presentación de la ponencia. Además, los candidatos deberán presentar un mínimo de 500 avales para aspirar a liderar el partido (ahora eran 100) que tendrán que proceder de 25 provincias diferentes.
Fuentes del entorno de Alberto Núñez Feijóo destacan que, con esta propuesta, hay un “vínculo mayor” entre el compromisario y el candidato y sostienen que es un camino “incontrovertible” porque tiene el “amparo de la tradición democrática española”. Sin embargo, el sistema que rige en las elecciones en España es proporcional, mientras que el de las primarias del PP será mayoritario (conocido como winner-takes-all). Otra voz de la dirección del PP esgrime que “todo el mundo va a poder participar” y subraya que el modelo “garantiza que el compromisario respecta lo que vota el afiliado”. “Tenemos el convencimiento de que mejora el sistema”, recalcan las mismas voces.
Las reticencias de Isabel Díaz Ayuso y Alejandro Fernández
Hace unos días, en una entrevista en ABC, Isabel Díaz Ayuso dejó clara su postura. Y dista de la que plantea ahora el PP. “Voy a defender, lo hemos hecho siempre en el PP de Madrid, que sea un congreso donde un militante tenga un voto y valga lo mismo esté donde esté. […] Haré las propuestas necesarias para que se cumpla un afiliado, un voto en toda España”, advirtió. Otra voz discordante es la del líder del PP de Catalunya, Alejandro Fernández, que también defiende el modelo de primarias puras: “Son el mejor sistema, no solo para que los afiliados elijan directamente a sus líderes, sino también para que el afiliado más humilde pueda optar al puesto que desee sin intermediarios”, defendió ayer en X.
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¿Cuál es el sistema actual?
A día de hoy, y desde 2017, se celebra una primera vuelta en la que los militantes votan quien quieren que sea el presidente del PP entre los candidatos y una segunda vuelta en la que son los compromisarios los que lo eligen entre los dos nombres más votados. Este mecanismo, por ejemplo, fue el responsable de que en 2022 Soraya Sáenz de Santamaría fuera la más votada entre los militantes, pero que Pablo Casado, que en el Congreso Nacional recibió el apoyo de Dolores de Cospedal, se acabara imponiendo.
“Es un poco raro explicar que todos los militantes pueden votar, pero la votación de esos militantes pueda quedar anulada por una segunda votación de los compromisarios”, verbalizó Feijóo hace un mes. Hace tres años, después de postularse para presidir el PP, relató cuál era su sistema óptimo en una entrevista en El Mundo, que se aleja de la apuesta que hace Ayuso: “Creo en las primarias a través de compromisarios, no en las primarias asamblearias. Los militantes eligen a los compromisarios, y estos tienen la responsabilidad de elegir entre los candidatos”.
El PP vende el nuevo sistema como un mecanismo “más simple, más representativo, más transparente, más sencillo y más justo”
La ponencia ha sido elaborada por Fernando López Miras (presidente de Murcia), María Guardiola (presidenta de la Junta de Extremadura), Dani Sirera (portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona) y Gema Igual (alcaldesa de Santander). Durante la presentación, María Guardiola ha defendido la necesidad de “profundizar la democracia interna y fomentar una mayor participación” y la voluntad de garantizar el “equilibrio de las estructuras internas”. La presidenta extremeña ha reivindicado que el nuevo sistema de elección es “más simple, más representativo, más transparente, más sencillo y más justo”. “Fortalece nuestra base para que el protagonismo sea de los afiliados, ponemos en el centro la participación, la simplificación y la confianza en la democracia representativa”, ha insistido. “Defendemos que el sistema interno de nuestro partido tiene que parecerse mucho al sistema que nos acoge a todos los españoles”, ha remachado.