El Partido Popular sube el tono entrando en la guerra discursiva con el proceso soberanista y acusando a la Generalitat de tomar una deriva "totalitaria" y "xenófoba". Así lo ha hecho el vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Casado, quien ha utilizado unas palabras del secretario de Hacienda Lluís Salvadó –publicadas por La Sexta– donde decía que se estaba construyendo una base con datos fiscales de los ciudadanos de Catalunya. "¿Por qué se meten en casa de la gente? ¿Por qué preguntan quién piensa de una u otra forma? Eso es más propio de regímenes totalitarios", ha sentenciado Casado.

Las palabras del portavoz llegan este lunes después de que el presidente Mariano Rajoy afirmara que se quedaba "más tranquilo", una vez la Generalitat hubiera negado las presuntas informaciones del exsenador Santiago Vidal. El tono del jefe de Gobierno parecía conciliador el viernes, cuando el propio Rajoy aseguró que esperaba a que la Fiscalía General ratificara que la "barbaridad" dicha por Vidal. Al respecto, Casado ha indicado que la Agencia de Protección de Datos también se había puesto en marcha para proteger la "vulneración de derechos de los ciudadanos", como lo ha calificado.

La cuestión es que en Génova el clima es de asimilar el proceso a cualquier movimiento que amenace la democracia. A raíz de la conferencia de la Generalitat en Bruselas, la semana anterior el propio Casado dijo que los aliados del independentismo en Europa eran la extremaderecha y los populismos. Esta vez, fuentes populares añaden que "empezar por los funcionarios ya se hizo en Venezuela" cuando se elaboraron tablas para conocer cuáles de ellos estaban en contra del régimen de Hugo Chávez.

El portavoz popular lo remata en público, indicando que hay cierta "xenofobia de hacia quien no piensa como uno, cuando se tachan letreros de comercios porque están en otro idioma, y después se acaba queriendo saber qué ideología tienen. ¿A dónde conduce todo eso?". Estas palabras vienen después de que Vidal asegurara en sus conferencias que se enviaría en el 2017 una carta a los catalanes para saber si tributarían en una hacienda propia o se mantendrían en la española.

Con este mar de fondo, el PP toma veladamente por ciertas las declaraciones del juez inhabilitado, y las vincula al de la CUP a los presupuestos, como una forma de "contraprestación a los extremistas-populistas" por parte de Junts pel Sí. "Bailan al son de la CUP, son rehenes de un gobierno irresponsable", ha denunciado el portavoz, quien más tarde ha hablado de la "fragmentación de la sociedad catalana" y ha puesto el ejemplo de que tal vez, Sarrià u otras zonas ricas también podrían ejercer su propio derecho a decidir. 

Los populares se erigen como defensores y garantes de la unidad de la nación española y aseguran que no dejarán pasar ni una. Por ello, dan apoyo a la petición del diputado catalán Xavier García-Albiol para que el president de la Generalitat Carles Puigdemont comparezca en el Parlament a explicar el caso Vidal. También instan al PSC a que se sume a Ciudadanos y al PP. Según fuentes de la dirección del partido, el voto de los socialistas daría la mayoría suficiente para el pleno extraordinario, motivo por que se muestran convencidos de que finalmente se lo darán.