La polémica entorno a la presunta creación de una nueva formación política liderada por el expresidente José María Aznar no preocupa al Partido Popular porque la ven ficticia. Según fuentes de la dirección popular, si aquello que realmente motiva las quejas de Aznar y su renuncia como expresidente de honor hace unas semanas es el tono de la Operación Diálogo o medidas del gobierno de Mariano Rajoy, en Génova siempre tendrá su casa para ejercer de "Pepito Grillo". Es decir, que creen que dejaría de tener sentido la creación de un nuevo espacio si lo que busca es influir en la línea de los populares.

"No creo que haya ninguna cuestión que no conozcamos, él sigue siendo miembro del PP y los actos que tiene en FAES aportan al debate de ideas", decía en abierto el vicesecretario de comunicación, Pablo Casado este lunes. La polémica se ha originado como consecuencia de una encuesta publicada en el diario El Español, donde se aseguraba que la presunta formación podría llegar a los 51 escaños y causar un agravio electoral al PP. A su vez, la demanda de una nueva candidatura tiene origen en una petición en la plataforma Hazte oír, donde 11.000 usuarios le pedían a Aznar que formara un partido.

Pero pese a que de los genoveses descartan de lleno que eso sea posible, la marcha de Aznar como expresidente de honor nace de una crítica profunda a Rajoy, y su mano derecha, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Sobre el primero, el expresidente ha lamentado en varias ocasiones acciones de la Moncloa y el PP, como las subidas de impuestos, o el trato dado a la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá, antes de su muerte. Sobre Santamaría, denunciaba que "criticara" la recogida de firmas para tumbar el Estatut catalán, donde participó también Rajoy en 2010. La cuestión es que la vicepresidenta solamente aseguró que PP y PSOE tendrían que haber actuado conjuntamente y antes contra el proceso soberanista.

El hecho es que en los círculos mediáticos de Madrid existe la sensación de que hay una vinculación tácita entre Ciudadanos y Aznar, como dos arietes en contra del rajoyismo. Incluso, se había llegado a pensar de que las políticas liberales de la formación de Albert Rivera eran sobradamente compartidas por el aznarismo y que C's contaba con apoyo moral de Aznar –partidario de reducir la presión fiscal–. Incluso, es la misma tesis que ha vuelto a defender este en un coloquio de FAES celebrado este lunes en Valencia. De fondo, ello invalidaría la tesis "de un nuevo partido", pues ya existiría uno para presionar al actual PP.

Así y todo, desde la dirección genovesa todavía no comprenden cómo el expresidente abandonó un cargo de prestigio del calibre de la presidencia de honor. "No se entiende" decían dichas fuentes a este diario poco después de la renuncia. El estado de molestia era elevado en privado y no compartían la crítica pública y continua hacia Rajoy. Ahora, sin embargo, parecen verle el sentido a que si sigue como militante es porque no se prevé ninguna incursión que rivalice con la candidatura del PP. "Sólo conocemos la carta que remitió", decía Casado sobre el texto de queja de Aznar.

Finalmente, otro argumento que fuentes de la dirección señalan para tumbar la hipótesis del nuevo partido es el carácter pragmático que históricamente se ha atribuido a la derecha española: criticar sin romper filas. "Fraga también salía siempre molesto de las reuniones", dicen sobre cuando el fundador de Alianza Popular dejó de ser su presidente. El mismo Casado ve indisoluble la presencia de Aznar y valora el rasgo diferencial que supone para los genoveses que tenga una agenda "muy activa". "Seguirá siendo una referencia para el PP", aseguraba este lunes.