"Algunos están acostumbrados a utilizar la estrategia del viento, es decir, ir a donde sopla el viento. Otros velamos por el interés general". Pasada la tregua navideña, el Partido Popular abría fuego contra Ciudadanos este lunes dando comienzo a una guerra sin cuartel a la derecha del tablero político que se prolongará hasta los comicios generales de 2020. El temor a que el porrazo catalán del 21-D se extienda al resto de España parece guiar ahora los pasos de Mariano Rajoy, decidido a laminar las previsiones electorales de Albert Rivera, y tomando al PSOE como socio preferente para impulsar las carpetas políticas paralizadas.

"La previsión es agotar la legislatura y este Gobierno quiere lanzar un potente mensaje de reformas", recordaba el coordinador Fernando Martínez Maillo sobre los pactos que hace un año se suscribieron en la reunión de presidentes autonómicos con el PSOE y que aún no han visto la luz –como el educativo, o la reforma de las pensiones. El afán de renovación llega después de las críticas en una parte de la prensa porque Rajoy no haya generado bajas en el Ejecutivo tras la crisis soberanista, a la par que la actividad legislativa de la Moncloa en 2017 esté en mínimos históricos del Congreso.

La cuestión es que en el PP han encontrado un filón en sus "solo" 137 escaños para priorizar al PSOE y arrinconar a Rivera, enmendando una situación de repunte de Cs en las encuestas. Por una parte, presionan a Ferraz con el proyecto de reforma de la financiación –que tenía que estar a finales del año anterior. "Eso, a no ser que se quiera situar como Cs, en un partido de no gobierno", era la crítica de Maillo. Este aseguraba que el PSOE aceptaría porque no esta vez ya no se bate en primarias –como sí el año anterior– ni pugna a la izquierda. Es más, hace unos días declaró que Podemos ya no era su socio preferente.

El hecho es que Rajoy se muestra determinado a explotar las diferencias que le permiten sacar ventaja a Cs. "Nosotros tenemos una potentísima estructura territorial. Representación en todos los parlamentos, diputaciones, cabildos y consejos. Con los mejores candidatos en cada uno de los lugares", se jactaba el número tres de los genoveses. Eso contrastaría con la principal carencia de la formación naranja: la menor implantación en el territorio por la novedad del partido y el hecho de que su motor de crecimiento no sean resultados de gestión, sino los climas de opinión electoral.

Asimismo, el afán por señalar las vergüenzas a Cs se extiende al plano catalán. Los populares siguen apremiando para que Inés Arrimadas tome la "iniciativa política" e intente formar gobierno. "Hay posibilidades, sí que hay, no se sabe si los independentistas goverán su acta o no, otros están fugados. Si Cs no lidera este proceso demostrarán que hay alergia a gobernar", denunciaba Maillo. Sin embargo, este ha reconocido que Cs "había empezado a rectificar" en una entrevista donde Arrimadas pedía esperar a la constitución de la Mesa del Parlament el día 17 de enero antes de mover ficha.

A su vez, los de Rivera no lo pondrán fácil a los populares con los presupuestos generales del Estado. Exigen que la senadora imputada por la pieza separada de la trama Púnica, Pilar Barreiro, deje el escaño porque incumpliría las medidas anticorrupción suscritas en el pacto de investidura. En el PP no ha sentado bien la medida y denuncian una "sobreactuación" de la formación naranja, que instan a desvincular de la negociación. "Es desproporcionado. Sería como decir que Cs no cumple porque el Tribunal de Cuentas no les ha aprobado sus cuentas, como con Bildu", zanjaba Maíllo.

El hecho es que en el PP buscan pasar página de la cuestión catalana, a quien culpan en parte del desplome electoral en las encuestas. La mirada está puesta ahora en los comicios autonómicos y municipales del 2019, tal que el próximo lunes 15 de enero se celebrará una Junta Directiva Nacional del partido para analizar la situación política y fijar un calendario de actividades y actos. "El PP hará su propia agenda política", dijo el coordinador general, quien solo adelantó que será de "mucha proximidad" con los ciudadanos.