PP, Cs y Vox han alimentado este domingo la expectativa de que alguno de los diputados del PSOE o de alguna de las formaciones que le dan apoyo acabe cambiando el sentido de su voto o no se presente a la votación y haga fracasar la investidura de Pedro Sánchez, que a estas alturas contaría sólo con dos votos de diferencia, 167 a 165. Es lo que se conoce como un 'tamayazo', en referencia al transfuguismo de dos diputados del PSOE en la Comunidad de Madrid (Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez) que en 2003 impidieron la investidura de Rafael Simancas.

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, lo planteó abiertamente este sábado en el debate y ha insistido este domingo, cuando ha pedido un diputado "valiente" del PSOE que pare la investidura y ha puesto como ejemplo el cambio del sentido del voto de la diputada de CC Ana Oramas ―que el sábado anunció un 'no' aunque su formación había acordado abstenerse―, un gesto esperanzador para sus intereses.



Justo antes del inicio de la sesión de este domingo y en declaraciones en la prensa, se ha sumado el vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Montesinos, que ha apelado a una "reflexión" por parte de los diputados "regionalistas" como los socialistas para parar esta investidura. Montesinos ha pedido también a los barones territoriales socialistas que "hablen alto y claro y digan que no quieren eso para España".

Un criterio idéntico al del secretario de relaciones internacionales de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, que, preguntado directamente por este posible 'tamayazo', ha afirmado que "todo lo que fuera constituir un gobierno diferente a este sería una excelente noticia".