El Partido Popular ve a los catalanes divididos entre independentistas y juiciosos, como si de dos categorías opuestas y excluyentes se tratara. El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha hecho un llamamiento a imitar el tradicional "seny catalán, sentidiño en gallego, sentido común en castellano" durante la presentación de la ponencia Económica y de Administración Territorial en su 18º cónclave. Era la forma de criticar el soberanismo y recordar que los populares buscan "un único proyecto sólido para todos los españoles".

"No podemos ser la España invertebrada de Ortega y Gasset. Tenemos que reforzar la columna de nuestro país. España no es el puzzle de las necesidades autonómicas de 17 comunidades, sino de 47 millones de españoles que deben tener las necesidades garantizadas. Tampoco es el ánimo ficticio y sobreactuado de algún dirigente imponendo algo irreal al resto", ha indicado en una alusión velada al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.

Lo ha dicho bajo la atenta mirada de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que hace días ha empezado a abandonar los intentos de verse con el Govern. La última indirecta fue visitar las obras de El Prat y no avisar al conseller de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull. Fuentes de vicepresidencia dijeron a El Nacional que él tampoco los había avisado en ocasión de la mesa del Corredor Mediterráneo celebrada el mismo día, y se quejaban de que ambas infraestructuras "las paga el Estado". Las mismas fuentes indican que quieren continuar el diálogo "con la sociedad civil".

Por primera vez los 'genoveses' incluyen explícitamente en el texto de la ponencia la prohibición de un referéndum. Lo ha recordado el representante del PP catalán y senador, Xavier García-Albiol, "orgulloso de ser catalán y español", cuando ha subido al atril para avisar de que el referéndum no se celebraría. Sus palabras quedaban adornadas con un fondo con la Sagrada Familia y la ciudad de Barcelona. Se ha hecho notar el cambio porque a lo largo del viernes el fondo había consistido en un mar en calma con barquitas de pescador.

Las críticas veladas a la Generalitat han continuado con un tema sensible para el PP como es la financiación. El viernes se constituyó el grupo de expertos entre comunidades autónomas, municipios y Estado, para la negociación del nuevo modelo que Mariano Rajoy se comprometió, durante la cumbre de presidentes autonómicos, a tener terminado antes de que acabe el año. Catalunya todavía no ha enviado a su experto porque no quiere participar, pues su hoja de ruta es el referéndum. O en todo caso, el cumplimiento de los 46 puntos que Puigdemont remitió a Rajoy el año anterior.

La posibilidad ofrecida por el vicepresidente Oriol Junqueras tampoco ha prosperado. Este devolvió la misiva del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para que enviara a un experto a la comisión de la financiación, pidiéndole un trato bilateral. Pero Feijóo ha asegurado que la financiación "nunca más sería cosa de dos", sino del conjunto de las comunidades, porque se quiere impulsar una inversión en infraestructuras. La crítica es a los catalanes y al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, quien vivió una auténtica odisea cuando en 2010 renegoció con los presidentes el asunto.

Tan importante es la cuestión económica para el PP que forma parte de forma casi indisociable del modelo territorial. Feijóo ha indicado que el ejecutivo había devuelto la soberanía política a España como consecuencia de la salida de la crisis. "Por eso defendemos la estabilidad presupuestaria. No podemos avanzar intentando que sean los vecinos los que tapen nuestros agujeros. No podemos seguir gastando sin tener en cuenta nuestros ingresos", ha zanjado.