El Congreso ha dado vía libre este martes para tramitar la ley de regulación de la eutanasia presentada por el PSOE, que ha contado con el apoyo de toda la cámara, a excepción del Partido Popular. El objetivo del Grupo Socialista es que aquellas personas que sufran un dolor físico y psíquico "intolerable, insoportable e irreversible", con una discapacidad grave y en situación de dependencia, puedan ejercer el acto deliberado de poner fin de forma anticipada a la vida, a petición propia, y que eso esté incluido como una posibilidad dentro del sistema de salud del Estado.

De esta manera, la ley va más allá de la presentada por el Parlament de Catalunya el pasado mes de mayo –a la que el PSOE y el resto de grupos dieron apoyo, aunque contó igualmente con el rechazo del PP y Unión del Pueblo Navarro-. Esta no únicamente persigue la despenalización de la eutanasia –y la reforma consecuente del artículo 143 del Código Penal–, sino que también la dota de un marco legal alternativo, regulación obligada por varios marcos jurídicos europeo y que ya se aplica en Holanda, Bélgica y Luxemburgo.

Según el texto inicial del PSOE –que pasará por un largo camino entre comisiones y enmiendas– una vez solicitada la eutanasia por el paciente, y después de ser informado y formado debidamente por un profesional médico, tendrá que contar con una segunda opinión y, posteriormente, pasar por las comisiones de seguimiento de las diferentes comunidades autónomas, quienes tendrían la última palabra como consecuencia de la transferencia de competencias en materia de sanidad. Este proceso no podría tardar más de 32 días desde la petición hasta la resolución final.

En este sentido, la portavoz Adriana Lastra ha expuesto que los médicos tendrán derecho a apelar a la objeción de conciencia para no practicarla. Por eso, la diputada del PDeCAT, Lourdes Ciuró, ha resaltado la "seguridad jurídica" con que se dota a los médicos, tanto si aceptan emprender un proceso de estas características, como si se quedan al margen.

El hecho es que el PP se ha quedado sol defendiendo la posición contraria. "Estamos a favor de la cultura de la vida y no de la muerte. Ya estamos tramitando una iniciativa sobre curas paliativas en situación terminal y me parece que este es el camino y no transmitir a la sociedad que aquí se puede matar a la gente en virtud de determinadas situaciones" ha dicho el portavoz Rafael Hernando. Hacen referencia a una Ley de muerte digna, impulsada por Ciudadanos, que busca garantizar un final de la vida donde aquel paciente en situación terminal y con grave padecimiento pueda recibir el tratamiento necesario para evitar el sufrimiento.

Según el PP, estadísticas demuestran que mejor funciona esa legislación, menos personas quieren acogerse a la eutanasia. De hecho, la formación naranja ha encontrado "irresponsable" que se impulse tramitar la petición del PSOE, sin antes haber acabado la suya. Pero el PSOE hace la diferencia en que una cosa es un final digno de la vida, y otro, parar el padecimiento psicológico y físico a personas que no están al borde de morir, pero que no quieren perpetuar su situación. Lastra ha puesto el ejemplo de Ramon Sampedro, padecía de tetraplegia.

El PP ha encontrado el enfrentamiento con el PNV, quien ha denunciado que la eutanasia no suponía una forma "de abaratar" el pedre la vida, sino que iba dirigida a "casos muy concretos", como el mencionado por el PSOE, en "situaciones muy graves".