Qué contraste. Mientras la mayoría de portadas se abren con los 3.000 millones que la Moncloa destinará a rebajar la factura de la luz y del gas, El Periódico mete el dedo en la llaga y explica que empeoran las listas de espera en la sanidad. Según los médicos, es a causa del retraso de los diagnósticos provocados por la dedicación casi total del sistema sanitario a la pandemia de covid-19 en 2020 y en 2021. Aún contrasta más el título principal de El Mundo. Dice que la banca negocia medidas para aliviar los costes de hasta el 15% de las hipotecas. Así que tienes una serie de portadas que trompetean el plan del gobierno español para rebajar un 40% la factura de gas y luz de las familias más vulnerables y la alerta de El Periódico a toda plana sobre la degradación de la atención sanitaria, que nos hace vulnerables a todos.
El Mundo también dice alguna cosa en un recorte, pero lo toma por el lado que más quema al gobierno de Pedro Sánchez: España es el país de la OCDE (un club de estados mayoritariamente desarrollados) con las listas de espera más largas. Tiene gracia que el tabloide ultra haya escogido abrir primera página con la noticia de un propósito de los bancos —ya veremos en qué acaba— y menosprecie el hecho documentado de la baja forma de la atención primaria y hospitalaria en España. Si la portada es un catálogo de los asuntos que hacen latir un diario, las de este viernes te dejan bien claro cuáles son los intereses de cada uno. La mayoría te ofrece la literatura que conviene al Gobierno, El Mundo la que satisface al capital financiero y El Periódico la que toca más de cerca las narices de tu vida.
Dos notas más de este viernes. Una, la escasa repercusión de la entrevista en prime time del president Pere Aragonès en TV3. Sólo El Punt Avui lleva alguna cosa en portada —incluso da la impresión extraña de que es una primicia del diario—, en una nueva manifestación del interés cero que tiene la política catalana, cuando menos los que ahora mismo la manejan. Sólo la supera en irrelevancia la corona española. Este jueves, Felipe VI volvió a Barcelona para inaugurar el Salón Náutico y tan sólo La Vanguardia se anima a decir alguna cosa en portada. En este caso pesa, sin duda, la relación antigua y estrecha de la propiedad del diario con la feria de barcos y complementos marítimos. Ni ABC dice nada.
Es curioso. No hace muchos meses, cada vez que el Rey de España pasaba por Barcelona en una de esas visitas suyas blindadas y periféricas, los medios dinásticos hacían una victoria parecida a la batalla de las Navas de Tolosa y se hablaba de la "intensa agenda catalana del monarca" y otras lisonjas a la real persona, tan vacías como exageradas. Hoy, los diarios no tienen ni rey ni presidente. Tienen una adicción gubernamental un tanto irrazonable, eso sí. ¿Y tú? Tú tienes una cola para que te visite el médico que lo tienes claro para cuidar de la salud. Al menos un diario —uno solo— le da importancia. Mira, podría ser peor.
