El tema principal de la portada de El Periódico da muchas ganas de leerlo. El título es un poco alambicado pero dice que la Comunidad de Madrid paga lo mismo que Catalunya pero por la mitad del dinero o, también, que Catalunya y Madrid pagan los mismos intereses por la deuda pero el gobierno autonómico madrileño dispone de la mitad de dinero a crédito que el catalán. Además de tonificar por unos minutos el orgullo irritado y malherido de los catalanes, esta portada deja claro otra vez que el liberalismo del que se vanagloria la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, es solo retórica —es lo que dicen los conservadores y gente de derechas a los que avergüenza reconocer su legítima opción política— y su trompeteada eficacia gestora no es más que otra manera de malgastar dinero público, el dinero de la gente. Es bonito cuando el periodismo levanta y documenta hechos que dejan en evidencia, desnudos, a los poderosos y mandamases de este mundo.

La Vanguardia abre hoy también con un tema relacionado con el dinero de todos. El diario de la Diagonal se queja de que el gobierno español sube bajo mano los impuestos a todos los contribuyentes con ingresos indexados en el IPC, porque no les aplica un ajuste equivalente al aumento de la inflación sobre la tarifa del Impuesto sobre la Renta de este año. También se queja de que hay comunidades que sí deflactan su tramo del IRPF, entre otras Madrid, que incluso anuncia rebajas de impuestos para el año 2024. Tanta caradura no podía salir gratis en la capital española.

Este martes también tiene gracia la portada de La Razón, porque parece que las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS, el CEO del Estado español) sean el factor decisivo que puede decantar las próximas elecciones. El diario no lo dice así directamente, sino que atribuye esa creencia a los lampistas electorales del PSOE, que deben ser los primeros que desconfían de las encuestas del CIS, igual que los vendedores ambulantes expresaban un cierto escepticismo sobre los remedios que ofrecían. Provoca una ternura grande la fe de este diario en el potencial casi taumatúrgico de las encuestas sobre la sociedad y la ingenuidad de aceptar este planteamiento.

También es muy tierna la manera como El Punt Avui supera con maña y astucia un desafío muy serio: cómo explicar un Barça-Girona gris y amuermado que acaba en empate a cero sin herir sensibilidades entre su público dual: el de Girona —porque es el diario líder de las comarcas gerundenses— y el de Catalunya, que se supone, según el CEO, que es partidario del Fútbol Club Barcelona. "Un punto más cerca del objetivo", dice el ingenioso título principal de portada, de manera que si se lo lee uno del Barça se queda bien regalado y si se lo lee uno del Girona, también. Es como una de esas gabardinas reversibles que por un lado te dan un abrigo formal y por otro una presencia más de sport, como se decía antes. Los subtítulos están escritos en el mismo tono. Es bonito.

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