Las portadas del Trío de la Bencina, como siempre, son el termómetro de la derecha española de cualquier tonalidad. Sus titulares, este domingo, esbozan una cierta inquietud por no saber qué hacer con el caso catalán (o español), una perplejidad, un dilema, una duda. No saber hacia dónde ir es una de las peores situaciones de la vida, porque mientras pasa el tiempo sin decidir la dirección, los problemas no se resuelven, que es una manera gentil de decir que empeoran. Que el mismo domingo de la manifestación contra los indultos en Madrid, trompeteada desde hace dos semanas, un diario como ABC saque en portada once razones por las que asistir a la cosa... Es toda una muestra de inseguridad. El Mundo no es tan descarado, pero en su portada resuena el toque de carga: saca a pasear al alcalde de Madrid, que invoca el coco del retorno de Carles Puigdemont, y avisa tiene que ser una "gran protesta" contra Pedro Sánchez. Quizás prevén que no lo sea, a la vista del fracaso de las protestas regionales. Este sábado, en Pamplona, no había ni 20 personas, por citar un caso. En Barcelona, el viernes, eran cuatro gatos y estuvieron media hora. De hecho, el título principal de La Razón suena a excusa por si las cosas no van como es debido: es que los españoles están divididos. Tiene gracia que el diario utilice este verbo dividir en una concentración convocada por una entidad llamada Unión 78.

Da la impresión de que la camisa no les llega al cuerpo. Esta semana unos cuantos figurones del periodismo madrileño ya han avisado que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos hará añicos la sentencia sobre el 1-O dictada por el Team Marchena. Entre los que se han asustado por el previsible varapalo al Tribunal Supremo, figuran José Alejandro Vara, exdirectivo de ABC y de La Razón, que ahora escribe en Vozpópuli; José Antonio Zarzalejos, exdirector de El Correo y de ABC, columnista de El Confidencial y oráculo de la derecha española—fue él quien anunció la abdicación de Juan Carlos I—, y la mismísima La Razón, que da por hecho el regreso de Puigdemont al decaer la excepción de inmunidad que España se ha otorgado, y que el TEDH tumbará la sentencia del procés. También se asustan Ignacio Camacho, seguramente el único intelectual en plantilla de ABC, y Salvador Sostres, en el mismo diario. Dos faraones de El Mundo, Rafa Latorre (autor de un libro sobre el procés subtitulado El autosacrificio catalán) y el jefe de opinión del diario, el cipotudo Jorge Bustos, acusan al Gobierno de flojo y cobarde porque se ha tragado los argumentos indepes y otorgará los indultos para no quedar tan mal en Europa. Fernando Ónega, en La Vanguardia, más moderado, da por hecho el revolcón al TEDH y pregunta "si hay alguna propuesta que sirva para que se acaten la Constitución y el Estatuto y que satisfaga las aspiraciones nacionalistas". Hay otros y no son pocos los comentarios en este sentido entre el tertulianato español. También en la prensa internacional. El ambiente es gris, de bancarrota, un aire noventayochista, onda me duele España. A ver qué pasa este domingo. Atento, que la partida española, como la Eurocopa, se juega hoy en varios estadios: en la manifestación de Colón, en las primarias del PSOE de Andalucía y en el congreso de Podemos.

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