El titular principal de la portada de La Vanguardia de este viernes es el equivalente a una tarjeta amarilla para la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Además de la manera más cómoda para el diario, porque el material informativo proviene del Barómetro municipal, una encuesta periódica que encarga el mismo Ayuntamiento de Barcelona. Allí se incluyen los resultados que permiten decir al diario que la alcaldesa es uno de los problemas principales de la ciudad. Le ha salido gratis amonestar a la alcaldesa, justamente cuando ahora sí ahora no le preguntan si volverá a presentarse a las elecciones. Parece que La Vanguardia no está para cuentos. A la primera ocasión del verano, zas, toca la cara a Colau.

El Periódico, en cambio, edita pequeñito su título sobre la cosa y pone la venda (la alcaldesa sale mejor valorada que en la anterior encuesta) antes de la herida (a los barceloneses no les gusta cómo gobierna la ciudad). Quizás la explicación está en otro titulín de primera donde se informa de que el ayuntamiento del Cap i Casal ha comprado 78 obras de arte contemporáneo, una acción muy legítima pero que excitará a la manada de críticos con tópicos clásicos como preguntar cuántas becas comedor se pagarían con ese gasto o si, con la que está cayendo con la pandemia, no podrían gastar mejor el dinero, etcétera, etcétera. El diario se ha asegurado de no poner las noticias una bajo la otra, de manera que no pueda decirse eso de que dos noticias juntas se entienden mejor, otro tópico clásico de los tribunales de las redes sociales y de sus tribuneros.

El TC y Margarita Robles

Las portadas de Ara y de El Punt Avui se inquietan por las consecuencias del aumento de contagios de la covid-19. No pinta muy bien, según se lee, aunque La Vanguardia intenta hacer un ejercicio de "positividad negativa" (perdón por el concepto) al decir que Catalunya está mal pero hay ocho otras comunidades autónomas que todavía están peor. El Periódico habla de la pandemia, pero en la vertiente que interesa en el interior de la M-30, relacionada con la legalidad de los confinamientos bajo la cobertura jurídica del estado de alarma. Como El País, el diario de Prensa Ibérica se ha leído la sentencia y hace una noticia negro sobre blanco: los magistrados favorables a la inconstitucionalidad de los confinamientos decretados al amparo del estado de alarma piden una regulación específica de las restricciones de derechos en caso de pandemia, porque se dan cuenta de que la cobertura legal superior es el estado de excepción, una herramienta brutal que permitiría, por ejemplo, detener a la gente 10 días sin control judicial o intervenir los medios de comunicación. Bueno, parece que se dan cuenta de ello, porque tal como son los jueces que mandan... nunca se sabe.

El resto de los diarios de Madrid se dedica a hacer vudú al nuevo gobierno español utilizando la sentencia del TC. En portada no explican la substancia de la sentencia sino los comentarios que unos y otros hacen. Ha causado consternación en estas portadas que la ministra de Defensa, Margarita Robles —que es magistrada y no de las vulgares— haya comentado que el TC se dedica en esta sentencia a las "elucubraciones políticas". Robles es la esperanza blanca del Trío de la Bencina, que siempre la ha promocionado cono única socialista "pactable" en el hipotético gobierno de Unidad Nacional PP-PSOE que en otro tiempo hacía vibrar las portadas de esos tres diarios. Qué disgusto.

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