La cumbre hispano-francesa no tiene casi presencia en las portadas madrileñas de estos días. Claro que quedan muchos días —es el día 19— y lo que aparece a las portadas barcelonesas son polémicas que a la prensa española de España le deben parecer provinciales y oquedales, como si el Presidente de la Generalitat tiene que asistir o si su papel tiene que ser de mayordomo o tiene que ejercer una presencia más. Al menos La Vanguardia y El Periódico han recibido información sobre la sustancia de la cumbre. Un diario hace entender que el tema estrella será la inmigración, bien, más bien los controles fronterizos de migrantes, es decir, su represión más eficaz. El diario no lo explica así, claro, pero no resulta complicado de hacer la traducción. Es un beneficio más de lo que disfrutan los lectores del Quioscos & Pantallas.

El tema estrella de la cumbre será el hidroducte o corredor de hidrógeno Barcelona-Marsella, un proyecto para el año 2030

El otro diario afirma que el tema estrella será el hidroducte o corredor Barcelona-Marsella, nombrado H2Med, que suministrará un millón de toneladas de hidrógeno anuales en Europa, equivalente al 10% del consumo de la UE en el 2030, fecha en que se prevé que este conducto submarino estará a pleno rendimiento. Va para largo, cierto. Este plazo tan amplio de construcción da la impresión que es espacio para que Francia pueda en algún momento desdecirse antes no se acabe la conexión. De momento, los diarios están encantados con esta infraestrucura, como un niño de cuatro años que ve el tendido de regalos de Reyes y empieza a desenredarlos para jugar.

Poco o ningún espacio dedican las portadas a la protesta que organizan el Consell per la República, la Asamblea y Òmnium, a la que se sumarán los partidos soberanistas incluido Esquerra Republicana, que acudirá al mismo tiempo a la misa oficiada para Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, y al campanario, con el resto de fuerzas vivas indepes. Al Gobierno ya le va bien así y ha justificado que el presidente Aragonès participe en la cumbre mientras el partido del presidente se manifiesta en contra del acontecimiento. La Moncloa considera que a ERC no le queda más remedio que acudir a la movilización en el actual contexto de peleas y competición entre los partidos secesionistas. De esta simpática manera se produce el fenómeno que los partidos independentistas no hablan nada de la independencia sino que se dedican a destriparse cortesanamente con cualquier motivo, sea de sustancia o no. Todo en orden, dicen en Madrid.

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